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martes, 27 de mayo de 2008

El color blanco en el Apocalipsis

Seguimos con la serie de notas sobre el Apocalipsis. Esta vez le toca el turno a un símbolo bastante claro: el color Blanco.
El autor del Apocalipsis es un enamorado de la estética, para él los colores están también llenos de significado. El Blanco es el color de Jesús porque es el color de la Resurrección. Por eso al principio describe así a Jesús:
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve... (Ap 1,14)
Pero no sólo, también es el color de la victoria, porque la resurrección de Jesús es su victoria sobre la muerte y a él se acercan los creyentes que sufren por él.
...vi debajo del altar vivos a los que habían sido degollados por proclamar la palabra de Dios, y por el testimonio (=martirio) que había dado. (...) Dieron a cada uno una vestidura blanca... (Ap 6,9.11)
Sólo él puede dar la victoria:
Te aconsejo que me compres (...) vestiduras blancas para vestirte y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez (Ap 3,18)
Y, al final, muchos van a ser salvados por él:
Vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Estaban en pie delante del cordero (=Jesús), vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. (Ap 7,9)

domingo, 25 de mayo de 2008

Domingo: El Cuerpo y la Sangre de Cristo

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
- Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí:
- ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
- Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Jesús se despacha con sus compatriotas con palabras muy extrañas. Menos mal que nosotros sabemos que se trata de la Eucaristía, de que Jesús está realmente presente en el pan y el vino de nuestra celebración.
De todas formas, no debemos olvidar que Jesús también está presente en otros lugares de nuestra vida: en la Palabra de Dios que leemos y meditamos, en el hermano que sufre y necesita de nosotros, en el pobre, en el necesitado.
Unirnos a Jesús en la Eucaristía significa unirnos también a su causa en la lucha contra la injusticia. No hay térmio medio.

sábado, 24 de mayo de 2008

Palabritas: «No temas»

Hoy, 24 de mayo, día de María Auxiliadora, vamos a hablar de una expresión muy sencillita, pero que está cargada de mucho más significado del que parece.
Muchas veces encontramos en la Biblia las palabras «no temas»; en concreto en la anunciación a María que nos cuenta Lucas (Lc 1,26-38), el ángel enviado por Dios le dice que «no tema».
Da la impresión de que simplemente está diciendo que no tenga miedo de que un ángel esté hablando con ella. Quizá porque en nuestra cultura somos muy visuales, y queremos imaginarnos a Gabriel vestido de blanco resplandeciente y con un par de alas enormes y brillantes.
Pero Lucas es mucho más sencillo y va al grano, no le interesa el espectáculo, sino lo que Dios está diciendo: El mensaje de Dios comienza con esas palabras: «no temas».
En hebreo estas palabras suenan más o menos así: «al-tirá'». Así comienzan en el Antiguo Testamento muchas veces los «anuncios de salvación».
En la Biblia, repetidas veces, Dios anuncia a su pueblo querido que lo va a salvar. A lo largo de la historia, los fieles a Dios sufrieron mucho, y Dios les anunció una y otra vez que llegaría la salvación. Estas palabras: «no temas» «al tirá'» son un punto de apoyo a la esperanza, una certeza firme de la presencia de Dios también en tu propia vida. No temas. No tengas miedo. Yo estoy contigo. A través de todos los sufrimientos y dificultades, yo estoy contigo. No temas. Llego pronto a salvarte.

jueves, 22 de mayo de 2008

Objetos: Sandalias

En la Biblia aparecen muchos objetos de uso cotidiano... en aquella época. Algunos, incluso, estaban llenos de significado, que a nosotros se nos escapa, claro.¿Qué significa llevar sandalias en los pies?
Para la Biblia tiene un significado claro: el esclavo o el criado va descalzo, en cambio, el dueño de una casa o, sobre todo, de una tierra, va calzado. Caminar con sandalias sobre un terreno significa ser el dueño, el propietario.
Así, por ejemplo, en la parábola (llamada) del hijo pródigo (Lucas 15,11-32), el padre pide a los criados que le pongan sandalias a su hijo, que ha regresado pobre y descalzo. Esto lo hace para reconocer: "éste es mi hijo, reconocedlo como hijo del propietario".

Más aún, la sandalia se convirtió en símbolo de propiedad, de forma que, cuando alguien tenía derecho sobre una tierra (por ejemplo, si un familiar había fallecido), pero quería renunciar a ese derecho, se quitaba la sandalia y se la daba a otra persona, cediéndole ese derecho. (Esto se ve muy bien al final del librito de Ruth)

Y, por último, cuando Juan Bautista dice que "no merezco quitarle las sandalias al que viene detrás de mí", no sólo se expresa con humildad, sino que, reconoce, que no es él el "dueño" del Reino de Dios que predica, sino "el que viene detrás de él", es decir, Jesús.A Juan Bautista le preguntan si él es el Mesías, y, con este símbolo de la sandalia, dice que no.

Así que, ya veis, una simpática alpargata puede estar llena de simbolismo. ¡Qué cosas!

miércoles, 21 de mayo de 2008

7>10

(Siete es más que Diez)

Pues sí, los números, esos simpáticos garabatitos con los que tantas familias se pelean para llegar a fin de mes, significan cosas distintas, según quién los utilice.

En el libro del APOCALIPSIS, por ejemplo, entre otros muchos símbolos, también se utilizan los números. Pero ¡atención!, eso no significa que en el Apocalipsis se vaya a adivinar qué número va a salir mañana en la lotería, no.

Veamos: los números normalmente expresan cantidades y no otra cosa. Pero en el Apocalipsis expresan cualidades, y no cantidades. ¿Es un lío? Vamos con el ejemplo:

7: el siete simboliza la perfección, la plenitud. Decir siete de algo significa el total de algo.
10: el diez, en cambio, significa "aparentemente bastante, pero es limitado". Diez días de sufrimiento, por ejemplo, quieren decir que, aunque parezca bastante, en realidad el sufrimiento se acabará, no durará siempre, es limitado.

Así, el 7, entre los símbolos del Apocalipsis, expresa más que el 10, aunque numéricamente sea inexacto decir que 7>10. Pero es que el Apocalipsis no pretende ser exacto, sino expresarse en símbolos llamativos para que el lector reflexione.
Así que, ya sabéis, si encontráis un 7 o un 10 en el Apocalipsis, traducid "7" por "todo, totalidad, plenitud" y "10" por "limitación, finitud".

martes, 20 de mayo de 2008

Pasajes: Marcos 9,14-29

Curación de un epiléptico

Esta página del Evangelio de Marcos (9,14-29) me parece preciosa... Aunque alguien podría decir: "¿Preciosa? ¿Qué tiene de preciosa, con un epiléptico, echando espuma por la boca, el pobre, y Jesús tirándose de los pelos y diciendo a sus amigos: '¿Hasta cuando tendré que soportaros?' "

Pues sí, a mí me parece que es preciosa porque podemos ver cómo Marcos nos retrata a nosotros mismos.

- Los discípulos no han podido curar al muchacho, y Jesús les dice que les falta fe. No que tengan poca, que ya sería algo, les dice directamente que no tienen.

- El padre del enfermo le pide a Jesús que tenga misericordia y que, si puede, haga algo.
Jesús le responde con claridad: "Todo es posible para el que tiene fe"
El padre entonces grita: "¡Creo, pero ayúdame a tener más fe!"

Aquí es donde nos retrata el evangelio. Esta es la grandeza y la limitación del creyente: Creemos, pero también dudamos. Tenemos fe, pero necesitamos ayuda.

- El niño, al final, es curado por Jesús, que muestra su misericordia, tal como el padre del chico le había pedido.

- ¿Y nosotros?
A veces, como el enfermo del evangelio, nos quedamos mudos ante el sufrimiento, ante el dolor, ante la injusticia.
A veces podemos ser tan críticos con los demás que es como si echásemos espumarajos por la boca, como el epiléptico.
A veces podemos quedarnos rígidos, es decir, inmóviles, inactivos; quedarnos quietos en el camino en lugar de seguir a Jesús, en vez de trabajar por la justicia.

De todo esto Jesús también nos cura, y sólo pide un poquito de fe.

domingo, 18 de mayo de 2008

"Tanto amó Dios al mundo"

Otro domingo más y otra joya del Evangelio para nuestra colección. Frente a aquellos que, en tiempos de Juan, todavía sostenían que la gran tarea de Dios era juzgar al mundo y condenar a los malos, el evangelio nos presenta un punto de vista muy distinto.
Curiosamente todos aquellos que insisten en el juicio y la condena para "los malos" están siempre de acuerdo en que "los malos son los otros".
Pero escuchemos al mismo Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que crea en eĺ no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo...
Es difícil traducir hoy palabras como "salvación" o "condenación" para que las podamos entender. A mí me gusta una traducción que, aunque sé que es parcial, al menos nos hace más fácil entendernos. Hoy lo que todo el mundo desea no es "salvarse" sino "ser feliz", "realizarse en la vida", ser "él mismo" o "ella misma". Esto es precisamente lo que ofrece Jesús: la autenticidad, la vida plena vivida en profundidad. Y su contrario es la desgracia de la infelicidad, del encerrarse en el propio egoísmo, esa sería (más o menos), la condenación.
Pero no ha venido Jesús a condenar el mundo, sino para darnos la oportunidad de vivir por él, de vivir creyendo en él.

sábado, 17 de mayo de 2008

Jesús... uno más (¿o no?)

A todos los que nos acercamos a la Biblia, sea o no desde la fe, seguro que nos gustaría conocer cómo era Jesús, cómo sería un día cotidiano en su vida, cómo se desarrollaría su jornada, qué encontrarían en él los que se le acercasen...
Hemos visto películas sobre él, y cada una nos da una visión distinta, pero al menos, gracias a aquellas que están bien hechas (que tampoco son todas), podemos hacernos una idea del trasfondo judío de su vida.
Porque Jesús, a pesar de que hemos estado siglos olvidándolo, era un judío. Participaba de los deseos e inquietudes de su pueblo, formaba parte de él, lo amaba con todo su corazón, roto a veces al ver que se acercaba a la perdición en vez de escuchar el mensaje de salvación que él traía de parte de Dios.
Jesús aparecería ante sus contemporáneos como un predicador itinerante, yendo de un pueblo a otro con un grupito de discípulos más cercanos. Las gentes de su tiempo habían visto muchos de esos.
Algunos eran exaltados que animaban a la multitud a tomar las armas y eran rápidamente aniquilados por los romanos a machetazos.
Otros eran predicadores de formas de vida más pacíficas, austeras y hasta alejadas del mundo.
En tiempo de Jesús, entre los judíos, había de todo, como en botica (y esto, que parece una idea simple, es uno de los descubrimientos más importantes de la investigación histórica seria sobre la Palestina del siglo I).
Jesús pasaría por ser uno más. Uno más de los que van predicando, uno más de los que van circulando de pueblo en pueblo, uno más de los que los romanos han eliminado porque les podía resultar molesto...
Pero, de repente, un buen día, sus discípulos salieron a la calle a levantar la voz. El mundo entero ha dejado de ser el mismo desde entonces...

viernes, 16 de mayo de 2008

Jesús histórico, más histórico que nunca

Hola de nuevo, hoy con prisas porque no quiero llegar tarde al Simposio sobre la búsqueda del Jesús histórico al que estoy asistiendo en la Facultat de Teologia de Catalunya.
Como dice el título, el Jesús histórico es ahora más conocido que nunca. A pesar de los siglos que han pasado y de las dificultades que tenemos para conocer al Jesús de verdad, el que caminó por Palestina, predicó con fuerza al pueblo y fue crucificado en Jerusalén, hay unos cuantos datos sólidos en los mismos Evangelios sobre los que podemos apoyarnos.
Es cierto que los Evangelios no son libros de historia, y menos de historia científica tal y como se hace ahora, pero tienen una base, un trasfondo fiable y sólido. Había gente, mucha, que anunciaba a Jesús, testigos que lo vieron, otros que oyeron a los primeros, que transmitían, no sólo su fe, sino hechos concretos que hasta les habían sucedido a ellos mismos.
Después, cada uno, tendrá fe o no en que Jesús sea algo más que un personaje histórico, pero al menos, un acercamiento fiable sí lo podemos conseguir en los Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan, sin necesidad de imaginar manipulaciones y complots varios que dan mucha publicidad pero son muy poco serios.
Otra cosa distinta es si podemos conocerlo todo; está claro que no, pero la ciencia histórica hoy es más humilde que antes, sabe hasta dónde llega y reconoce dónde no puede llegar.

jueves, 15 de mayo de 2008

Así comienza... el Apocalipsis

El Viernes, 9 de mayo, comenzaba hablando del Apocalipsis, diciendo que no es un libro para asustar ni meter miedo a nadie. Por si alguien no se lo acaba de creer, lo mejor es demostrarlo:
El principio de cualquier libro es importantísimo (también el de cualquier película), con él se da el tono, el estilo, que todo el libro (o la película) quiere tener. Eso lo podemos ver en cualquier libro de la Biblia, pero en el Apocalipsis es muy evidente:
Juan, a las siete Iglesias de Asia. Gracia y paz a vosotros de parte de «Aquel que es, que era y que va a venir», de parte de los siete Espíritus que están ante su trono, y de parte de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados y ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
(Ap 1,4-6)

Sí, ya sé que no es fácil de entender, que hay muchos símbolos que nos resultan lejanos, pero os quiero preguntar otra cosa: ¿dónde están las desgracias, los catacismos, las catástrofes? ¿Dónde las guerras, las muertes, los sufrimientos?
Es cierto que el Apocalipsis habla de todo eso, pero en lo que insisto es en que no empieza con eso, por que no son las desgracias lo más importante, sino la victoria de Dios que ama y perdona.
Y lo mismo con el final, desde el capítulo 21, el Apocalipsis es un cántico de triunfo, de victoria del bien. Pero del final hablaremos otro día.
¿Que seguís sin creéroslo? Pues muy fácil, id a comprobadlo vosotros mismos leyendo la Biblia. De eso se trata.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Autores: El Apocalipsis de Juan... ¿es de Juan?


Vaya con el revuelo que levanta el tema de los autores de la Biblia.
Ante todo: hace dos mil años no existía la sociedad de autores ni se le daba ninguna importancia a los derechos de autor. Mucha gente escribía con nombre falso (pseudónimo), o, simplemente, sin nombre (anónimos), y se quedaban tan tranquilos. Esto, de hecho, ha durado siglos.
También había algunos que ponían como autor a un personaje famoso (pseudoepigráficos). No lo hacían tanto por engañar, porque todo el mundo sabía que era una práctica común, sino por darle realce a su obra.

En la Biblia encontramos un libro llamado «Apocalipsis», y en el mismo libro se dice que fue Juan el que lo escribió. Tampoco concreta de qué Juan se habla, si es el mismo Juan de los evangelios, el Apóstol, o quizá otro Juan distinto.
Por esto mismo, los estudiosos no se ponen de acuerdo, pero hay una opinión que nos parece muy interesante y fundamentada, la del profesor Ugo Vanni. Según él, todos los libros de estilo apocalíptico usan el nombre de un personaje famoso que aparece como si fuera el autor. Insisto, no lo hacían para engañar a nadie, porque, por ejemplo, los libros de Henoc se escribieron muchos siglos después de Henoc; pero como el tal Henoc era un personaje curioso e importante (algún día hablaremos de él), pues se ponía el libro a su nombre y tan tranquilos.
Por esto mismo, el profesor Vanni afirma que el Apocalipsis de Juan no lo escribió Juan, sino otro autor que quiso poner su libro bajo la autoridad del gran Apóstol.

¿Entonces, nos podemos fiar de lo que dice?
Bueno, el Apocalipsis es un libro extraño, pero bien interpretado es muy interesante, y los primeros cristianos, después de muchas discusiones, al final aceptaron que también transmitía, a su manera, el mensaje de Jesús correctamente.
Alguien podría decir: «Pero es que no entiendo el Apocalipsis». No te preocupes, ya dijimos que se trata de un libro escrito en clave, te recomiendo que comiences por otros libros más sencillos y fundamentales, como los Evangelios. El Apocalipsis déjalo para después.

¡Seguimos mañana!

martes, 13 de mayo de 2008

Palabritas: La palabra «como». Para no meter la pata interpretando

Después de descansar el lunes (está bien descansar de vez en cuando, que llevar adelante un blog lleva su tiempo), volvemos hoy con una palabrita inocente y simple: «como» (sí, sí, la conjunción comparativa para los más leídos). En realidad, en la Biblia, esta palabrita no es tan inocente, porque, por no conocerla, muchos han entendido cada barbaridad que quita el hipo.

¿Qué significa? Para empezar, «como» es una comparación. Nadie usa una comparación si puede decir las cosas tal y como son. Si tengo delante un tigre (en el zoo, claro, que si no salgo corriendo y no digo nada), si tengo delante un tigre, decía, no digo que es COMO un gato, pero más grande y peligroso, digo, simplemente, que es un tigre.



Pero... ¿qué sucede cuando el que me escucha no ha visto nunca un tigre? Que no me entenderá, y tendré que utilizar alguna comparación que él pueda entender; así que le preguntaré, ¿has visto alguna vez un gato? Y de ahí le haré la COMPARACIÓN.


Demos un paso más, ¿qué sucede cuando lo que quiero decir es una experiencia interior, de las que se dan en el corazón; aquellas que son más importantes en la vida? Pues que, ¡maravillas del lenguaje!, podré transmitirlas con comparaciones. Vamos con los ejemplos:


Anteayer celebrábamos Pentecostés. Dicen los Hechos de los Apóstoles que:


De repente, un ruido del cielo, COMO de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde se encontraban los discípulos. Vieron aparecer COMO unas lenguas de fuego que se repartían posándose encima de cada uno...

Ahí lo tenemos. ¿Nos está diciendo el autor que sopló un viento fuerte y, sobre todo, que aparecieron unas llamitas voladoras que se colocaron encima de la cocorota de cada uno (y que le quemarían la calva a San Pedro)? ¡No seamos tan simples! Desde luego, el autor no lo era. Está diciendo que el Espíritu Santo, la fuerza de Dios les llenó interiormente de tal manera que le resulta imposible expresarlo de otra forma. Sólo le sirven las comparaciones:



- La fuerza que demostraron los apóstoles después viajando por todo el mundo la expresa con el símbolo del viento fuerte, que se mueve por el mundo entero.



- La pasión por evangelizar la expresa con el impresionante símbolo del fuego.


- Las ganas de hablar a todo el mundo, en todas las lenguas, la expresa como «lenguas» de fuego.


Si no comprendemos esta palabrita tan simple («como»), haremos interpretaciones extrañas y estrafalarias, y, lo que es peor, pensaremos que los autores de la Biblia eran personas raras que veían fenómenos paranormales a su alrededor. ¡Nada más lejos de la realidad!



Bueno, esta vez me ha salido un poco largo el comentario (480 palabras), cuando pretendo que cada entrada no pase de las 300, pero quería que la cosa quedase clara. Mañana seguiremos.

domingo, 11 de mayo de 2008

¡Feliz Domingo! "Paz a vosotros"

Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la semana, los discípulos estaban reunidos y tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: "¡Paz a vosotros!" Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Jesús dijo de nuevo: "¡Paz a vosotros! Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros." Dicho esto, sopló sobre ellos y añadió: "Recibid el Espíritu Santo"
Feliz domingo a todos.
Sobran comentarios cuando el día de hoy nos trae una página tan profunda como esta. Jesús está en medio de nosotros, aún cuando estamos asustados y hundidos en el miedo. Jesús entra, se aparece, se hace ver, y se muestra tal cual es, vivo, pero con las marcas del sufrimiento, de la cruz. Así es como nos da la paz, así es como nos envía. Ahora sólo nos queda dar el primer paso, salir de la sala, desatrancar la puerta de nuestro corazón cerrado y gritar a todo el mundo que las cosas pueden cambiar, que nuestro esfuerzo tiene sentido. Porque él está vivo, y nos lo hemos encontrado "En camino..."

sábado, 10 de mayo de 2008

¿De qué me sirve... el Apocalipsis?

Ayer decíamos que el Ap (Apocalipsis) lo escribió un señor (o señora) hace siglos para dar ánimos a su comunidad, que estaba perseguida, ¡y hasta estaban matando a algunos de ellos!

Pero nos surgió una duda, entonces, ¿por qué lo leo yo hoy? Pues ahí está la grandeza de los símbolos: que el autor los escribió hace casi dos mil años para sus amigos, pero también les dio significado para nosotros.

A ver si os suenan actuales algunas de estas frases:

- El mundo está muy mal, con las guerras, las injusticias, el sufrimiento de tantos inocentes...
- El mundo tendría que cambiar.
- ¿Qué está haciendo Dios para cambiar el mundo?

¿Os suenan? ¿Os parecen actuales? Pues eso mismo pensaba el autor del Ap hace tantos siglos, pero él hizo un descubrimiento... el mundo ya está cambiando, en el mundo, ya hay signos de cambio... Hay que mirar más allá... -mejor dicho-, más adentro, para darse cuenta de que Dios está ya dentro, junto a nosotros, cambiando el mundo aunque seamos tan ciegos y sordos que no lo captemos.
Y esto, el autor, lo describe con grandes símbolos. Habla de tormentas de fuego, de las estrellas que caen del cielo, de potentes terremotos y hasta del mar encendido en llamas. No es que esté pirado ni que vea visiones, todas estas cosas no suceden ante nuestros ojos, sino que suceden más adentro, en las tripas de la historia. Desde que Jesús dio su vida, tiene sentido el "sinsentido" de dar la vida, del amor hasta el final, del amor incluso a los enemigos. ¡Cientos de años diciéndolo y todavía no nos hemos dado cuenta de que es verdad! Qué listo era el autor del Ap; sabía que si no lo escribía con trazos gruesos y luces de neón no nos íbamos a fijar en ese mensaje que cambia la historia. ¿Y cómo escribían hace dos mil años con luces de neón? Pues utilizando símbolos grandiosos.
De eso se trata. De que hoy, tú mismo, tú misma, descubras que la historia, tu historia, está cambiando si dejas a Dios irrumpir en ella.

viernes, 9 de mayo de 2008

¿Conocías: El Apocalipsis?


Sí, sí, hoy vamos a hablar del APOCALIPSIS. ¡Qué miedo!, ¿no?...

Pues no, nada de eso. El Apocalipsis (sigla Ap) está lleno de símbolos, y eso lo hace parecer tan extraño y sorprendente, pero ni vaticina desgracias ni catástrofes naturales ni nada parecido. El Ap lo escribió alguien en medio de una persecución, ¡y no vais a pensar que escribiría tan tranquilo: "El Imperio Romano nos está persiguiendo"! Tenía que escribirlo... en clave, sin nombres ni apellidos y así sólo lo iban a entender los que sabían de qué iba. Así el famoso 666 es, simplemente, Nerón y Babilonia representa a Roma...

Pero hay algo mucho más interesante, y es el final de este libro enigmático, ¿os puedo destripar el final? Al final ¡ganan los buenos! Y no se trata de una peliculilla insulsa, no (de esas en las que se ve venir que el bueno mata al malo y vivieron felices y comieron perdices); al final va a ganar Dios con su plan de salvación, aunque le cuesta lo suyo porque las personas se lo ponemos difícil.

En resumen, que el Ap es un libro fascinante pero extraño, escrito en clave para que no lo interceptasen los que mandaban. Sólo lo podemos entender si lo "desciframos", pero no trata de adivinar el futuro, sino de algo mucho más sencillo, de dar esperanza y ánimos a los cristianos que estaban sufriendo persecuciones.

Y podemos decir, entonces, ¿de qué me sirve a mí el Apocalipsis? Pues de eso mismo trataremos en la próxima entrada. ¡Hasta mañana!

Golpe de timón...

...y cambio de rumbo. En http://javimat2.blogspot.com , si tengo tiempo, seguiré tratando de expresarme de otra manera, en este blog. Damos un golpe de timón y nos vamos a tomar un nuevo rumbo: la Biblia.
Sí, sí, un camino a través de la Biblia en el que pretendemos acercarnos de forma muy sencilla al texto del que se alimenta la fe de miles de millones de personas (que ya es decir).

¿Y qué vamos a hacer? Primero lo que NO pretendemos:
- No vamos a intentar convencer a nadie, se trata tan sólo de expresar nuestras opiniones; si quieres las tomas, y si no las dejas... ya sabes
- No vamos a irnos por las ramas, ni extraterrestres ni fórmulas mágicas ni adivinaciones del fin del mundo ni de (lástima) el número que saldrá mañana en la lotería.
- No vamos a dar clase ni a escribir grandes libros, que esos ya están en las bibliotecas.

¿De qué se trata entonces? Pues muy sencillo, de disfrutar con ideas, curiosidades, perlas sacadas de aquí y allá en la Biblia, que nos puedan hacer pensar un poco, sonreír quizá, y mirar ese librote con ojos más sencillos y cotidianos. La Biblia la escribieron personas que pretendían expresarse y sentían en su corazón gran variedad de sentimientos, pretendemos conocerlos un poco. Y la escribieron, según creemos los cristianos, influidos de alguna manera por Dios, de forma que Dios y ellos nos la regalan.
Yo sólo pretendo ponerle el lazo.

¡Seguimos en el camino!