El reino de los cielos se puede comparar a un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra el tesoro y vuelve a esconderlo allí mismo; lleno de alegría, va, vende todo lo que posee, y compra aquel campo. También se puede comparar el reino de los cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas; cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que posee y compra la perla.
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domingo, 27 de julio de 2008
Domingo: El tesoro y la perla
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domingo, 20 de julio de 2008
Domingo: La semilla de mostaza
Jesús les contó también esta parábola:
-El Reino de los cielos se puede comparar a una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es sin duda la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es más grande que las otras plantas del huerto; llega a hacerse como un árbol entre cuyas ramas van a anidar los pájaros.
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domingo, 13 de julio de 2008
Domingo: Jesús el sembrador
Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: una espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. Los que tienen oídos, que oigan.
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domingo, 6 de julio de 2008
Domingo: Venid a mí
Por aquel tiempo, Jesús dijo:
-Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido. Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros."
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