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martes, 30 de diciembre de 2008

Comentarios bíblicos en Internet

Otro enlace muy interesante a materiales bíblicos que podéis encontrar en la web. Esta vez se trata de los fascículos "Tiempo Interior", escritos por José Joaquín Gómez para el sitio www.salesianos.edu. Podéis descargarlos desde aquí:
http://www.salesianos.edu/home.asp?at=recursossemanales

domingo, 28 de diciembre de 2008

Lectio Divina 28 diciembre. La Sagrada Familia

Lucas 2,22-40
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, ,los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor", y para entregar la ofrenda, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones".
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tus siervos irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel". Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Lucas es un buen escritor; sabe ir dejando caer poco a poco sus ideas para que vayan calando en el lector, sabe qué cartas mostrar y cuál guardarse para más adelante. El problema está en que nos hemos acostumbrado a leer el evangelio a trocitos, y además, a trocitos desconectados, y por eso a veces se nos escapan ideas fundamentales.
En el evangelio de hoy, por ejemplo, aparece por primera vez la mención de "todos los pueblos". Hasta ahora, Lucas nos había hablado de la esperanza de Israel, del Mesías de Israel, del trono de David sobre el pueblo elegido; quizá en el himno del Gloria que cantan los ángeles ante los pastores puede adivinarse cierta apertura a los demás pueblos. Pero es ahora, en las palabras de Simeón, cuando Lucas nos presenta uno de los temas más importantes para él, tanto que le va a dedicar toda la segunda parte de su obra, los Hechos de los Apóstoles.
El evangelista es muy consciente de que lo que está diciendo cuesta de comprender y de vivir: dice a los judíos que abran su mente porque el mensaje de Jesús irá dirigido a todo el mundo y no sólo a ellos, y dice a los no judíos que su salvación viene de los judíos, de ese mesías que ellos esperaban. Esto nos puede hacer pensar ya a nosotros en cuáles son nuestras esperanzas. ¿Realmente necesitamos que Dios nos salve? Si es así, ¿de qué?, ¿cuáles son nuestros miedos, nuestras inquietudes, nuestras inseguridades? Y si no necesitamos ninguna salvación, también podemos preguntarnos, ¿hemos llegado ya a la total felicidad?, ¿no podemos seguir dando pasos hacia un ideal de mayor donación, entrega, y alegría auténtica?
Nuestro texto tiene lugar en Jerusalén, en el templo, centro de la fe judía, desde la que parte, según Lucas, la salvación para todos los pueblos. Allí hay dos personas, un hombre y una mujer, que representan a los judíos auténticos, aquellos que saben escuchar la voz de Dios -como María y José-, los que reconocen a su mesías y lo proclaman a los que están alrededor. Los dos son muy conscientes de las dificultades, los dos pisan tierra, y Simeón hasta predice que no todos aceptarán a Jesús de forma que el sufrimiento estará también presente en las vidas de los que quieren vivir a fondo la voluntad de Dios. La cruz, la entrega por amor, ya proyecta su sombra en los relatos de la infancia. Pos supuesto que estas cosas están ahora sólo insinuadas. Lucas quiere animar a sus lectores, a nosotros, a que sigamos leyendo, todavía tiene mucho que decirnos. Pero la pregunta fundamental ya está lanzada, para que nosotros la aceptemos como un reto: ¿quién es Jesús? ¿Qué dices tú de él?
Para responder a ella, ante todo, también nosotros tenemos que dejar que el Espíritu nos vaya iluminando, nos regale la fe, nos indique dónde poder encontrar a Jesús. En nuestro mundo de hoy la pregunta "¿quién es Jesús?" no se responde sólo con una frase memorizada, sino con una vida que pretenda tener sus mismas actitudes de amor, de lucha por la justicia, de solidaridad. A todo esto nos está invitando Lucas en su evangelio.

jueves, 25 de diciembre de 2008

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

¡¡Feliz Navidad a todos!!
Que el niño que esta noche ha nacido sea luz de verdad y autenticidad para todos los hombres y mujeres del mundo.

martes, 23 de diciembre de 2008

¡Cumplimos un mes!

Este sitio web www.bibliayvida.com cumple hoy su primer mes. Seguimos adelante con nuestro proyecto de divulgación bíblica en relación con la vida. Nuestras secciones de Alumnos y Recursos van aumentando poco a poco, especialmente con materiales relativos a Pablo. Además en febrero será inaugurado el blog de alumnos de la asignatura "Escritos Apostólicos". En total, esto marcha lento pero seguro, esperando, como siempre, que os sea útil, sobre todo, porque os haga pensar, que de eso se trata.
¡Nos seguimos leyendo!

domingo, 21 de diciembre de 2008

Domingo 4º de Adviento: «¡Hágase!»

Lucas 1,26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:
­-Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
-No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel:
-¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?
El ángel le contestó:
-El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.
María contestó:
-Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y la dejó el ángel.
La Lectio Divina siempre es una propuesta de lectura y oración «implicante», es decir, para que busquemos en el relato reflejos de nuestra propia vida y nos dejemos iluminar desde él. Ésta es también la sugerencia que hacemos hoy.
El texto del evangelio de este domingo, muy conocido, lo solemos llamar «anunciación a María», pero también podríamos llamarlo «vocación de María». La experiencia de María no está escrita para nosotros como anécdota ni como curiosidad, sino para que nos sirva de modelo con el que confrontar nuestra propia vocación.
Comienza el texto de forma muy clara, desde Dios. El origen de toda vocación, de toda llamada, está en Dios. Él tiene la iniciativa en amor, en perdón, en reconciliación, en llamarnos al servicio de los demás. Dios viene, además, a nuesta realidad cotidiana; el pueblecito de Galilea representa la humildad de la vida. Nadie esperaba que el Mesías naciese en Galilea, pero los planes de Dios rompen nuestros prejuicios constantemente.
La llegada del Señor a nuestra vida quiere llenarnos de alegría; ésta es la primera palabra del ángel: «Alégrate». María, por su parte, siente y reflexiona («se turbó y se preguntaba»), ella está atenta a Dios, es capaz de escucharlo y por ello, cuando Dios se cruza en su vida, todo su ser (sentimiento y razón) se deja impactar por él. Podríamos recapacitar y preguntarnos si nosotros estamos tan abiertos a Dios, si nos damos cuenta de los centenares de veces que pasa a nuestro lado cada día, si sabemos escuchar lo que nos pide.
A continuación, el ángel le transmite un anuncio increíble. A partir de la humildad de María Dios será capaz de hacer cosas inauditas; María dará a luz al Mesías, al Esperado, a aquel que va a darle la vuelta a este mundo injusto como a un calcetín, al que va a poner patas arriba el sistema de opresión en el que vivimos para instaurar la justicia auténtica.
María expresa también su duda; no porque desconfíe, como tantos otros, ante la llamada de Dios, sino porque comprende la enormidad de lo que el ángel le está anunciando. La respuesta del ángel, en el fondo, es sencilla: «No te preocupes, Dios se encarga de todo, para él no hay nada imposible». Y hasta le da un signo del poder y amor de Dios que María no había pedido: Su pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez. También a nosotros Dios nos da multitud de signos en nuestra vida cotidiana; seguramente no serán milagrosos, pero ciertamente son expresión de su inmenso amor por cada uno de nosotros. Lo difícil es estar atentos para captarlos.
La frase final de María, breve y concisa, murmurada en la intimidad de una diminuta aldea de un rincón perdido del Imperio Romano, hace miles de años, parte la Historia de la humanidad en dos, brillando como un fogonazo de luz propia.
Lucas, además de contarnos, con su estilo, cuál fue la experiencia interior de María, también quiere que nos acerquemos a ella, que seamos capaces de escuchar, como María, la llamada de Dios que para cada uno es distinta, que podamos sentirnos interpelados en nuestros sentimientos y en nuestra razón, en todo nuestro ser, que vislumbremos los signos del amor de Dios que nos rodean constantemente y que, por fin, seamos capaces de decir sí a su reclamo, con la confianza de que el mundo entero será distinto, Dios lo hará distinto, gracias a nuestro humilde «hágase en mí según tu palabra».

martes, 16 de diciembre de 2008

Materiales de Navidad

Hoy os dejo tan sólo un enlace, que se acercan las Navidades y se acumula el trabajo previo a las vacaciones.
En el sitio web de los Salesianos de Valencia (www.salesianos.edu) podemos encontrar recursos muy interesantes acerca de la Navidad. Echadle un vistazo:
http://www.salesianos.edu/home.asp?at=especial_navidad2008

domingo, 14 de diciembre de 2008

Juan Bautista: Testigo de la luz

Evangelio. Juan 1,6-8.9-28
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:
-¿Tú quién eres?
Él confesó sin reservas:
-Yo no soy el Mesías.
Le preguntaron:
-¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?
Él dijo:
-No lo soy.
-¿Eres tú el Profeta?
Respondió:
-No.
Y le dijeron:
-¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?
Él contestó:
-Yo soy la voz que grita en el desierto: «Allanad el camino del Señor», como dijo el profeta Isaías.
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
-Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?
Juan les respondió:
-Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
El evangelio de Juan tiene un atractivo especial. Su vocabulario es sencillo, pero su forma de narrar, de insistir dando vueltas a las ideas, de sorprender e interpelar, resulta fascinante. El fragmento de hoy nos presenta la misma escena que el domingo pasado nos contaba Marcos, pero Juan añade sus matices.
Para empezar, el Bautista -no nos confundamos, aunque el Bautista y el evangelista se llamen Juan, son dos personas distintas- es presentado como enviado. Dios le ha dado una misión, preparar al pueblo anunciando la próxima venida del Señor.
También el autor del evangelio se siente enviado, siente que escribir el evangelio es una misión muy especial que no sólo recuerda que Jesús vino, como si fuese una historia vieja, sino que hace de nuevo presente su mensaje entre nosotros. Y también pretende que nosotros, lectores muchos siglos después, nos demos cuenta de que Dios nos sigue enviando, nos sigue dando esta misma misión de anunciarlo.
Juan vino como testigo; no sólo cuenta lo que le han dicho, él testimonia de lo que vive. Es testigo de la luz que viene al mundo. La luz -más tarde, en el evangelio, Jesús nos dirá que él es la luz-, viene al mundo para poner las cosas en su sitio, para que se vean con claridad el bien y el mal, que tantas veces nosotros somos incapaces de distinguir con certeza.
¿Y cuál es la finalidad del testimonio de la luz? Que todos vengan a la fe. Creer en Jesús; creer que él viene a nuestra vida para renovarnos y llenarnos de Vida nueva es el objetivo de todo el evangelio, y también de la predicación del bautista.
Pero pronto surgen los problemas; hay quien quiere oponerse a esta luz que está por llegar y que el Bautista anuncia. Brotan las preguntas en un mundo que no quiere aceptar la luz porque quienes la anuncian incomodan. «¿Quién eres? ¿Qué dices de ti?» La trampa es clara: «Si tú eres el Mesías, si pretendes ser el Profeta de Dios, entonces tendremos que fiscalizarte, que ‘domarte’ para que tu mensaje se amolde a nuestro sistema de opresión y egoísmo.» Pero Juan no muerde el anzuelo; él no es el Mesías, él sólo es una voz que grita en el desierto que el Señor llega y que hay que convertirse a él. A los enviados de Dios, a los auténticos, no se les puede manipular porque son testigos, porque antes han vivido en profundidad aquello que predican.

jueves, 11 de diciembre de 2008

San Pablo, vida, iconos y encuentros para orar (Revista "Orar" nº 203)

Hoy os presento una revista que ha caído en mis manos y me ha parecido interesante, se trata del número 203 de la revista Orar. No es una publicación de tema bíblico, pero en este caso ha tomado la figura de Pablo como referente y presenta veinticuatro iconos y explicaciones de ocho encuentros de oración y reflexión sobre la figura del gran Apóstol de los gentiles basándose en los textos de sus cartas. Pienso que puede ser un material muy interesante para gustar los textos de Pablo no sólo con la cabeza sino también con el corazón, para de este modo llevar la vida a la Biblia y la Biblia a la vida.
Podéis encontrar más referencias en http://montecarmelo.com/orar.php

lunes, 8 de diciembre de 2008

8 de diciembre: La Inmaculada Concepción de la Virgen María

Hoy es un día para dar gracias. Estamos en tiempo de Adviento, tiempo de espera; y la fiesta de hoy llena de color la espera. No esperamos de cualquier manera, nuestra espera está teñida de gratitud; y la gratitud convierte la espera en esperanza.

Génesis 3,9-15.20
-...Adán, ¿dónde estás?
- Oí tu ruido en el jardín y me dio miedo...
La primera lectura nos recuerda que, ante el pecado del hombre y la mujer, Dios los busca; ante nuestro pecado, Dios también nos busca, se acerca, se muestra preocupado, dispuesto, acogedor, quiere poner remedio a la situación.

Efesios 1,3-6.11-12
...Dios nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos por el amor...
La segunda nos descubre el gran misterio del universo: Desde siempre, Dios ha preparado nuestra salvación, nuestra felicidad, nuestra redención. Desde siempre el amor ha sido el motor del universo entero.

Lucas 1,26-38
...María contestó:
-Aquí está la sierva del Señor, hágase en mí según tu Palabra...
¿Por qué propongo la gratitud como actitud principal en el día de hoy? Para empezar por el doble regalo que recibimos en María:
  1. Dios nos la regala como modeo de ser humano, pura, inmaculada, rompiendo todo pesimismo, afirmando que para Dios es posible sanarnos en raíz.
  2. Además, María también nos hace un regalo, nos regala el sí, nos regala su entrega, su decisión de aceptar la Palabra de Dios y, para ello, nos muestra su capacidad de escuchar, de acoger la Palabra de Dios.
Si el ser humano está herido desde la raíz por el mal, tanto que a veces nos parece imposible huir de él, Dios es capaz de ir más profundo todavía y sanarnos. Éste es el gran mensaje de la Navidad, preparado desde María, preparado desde toda la eternidad.
Alegrémonos y demos gracias, se acerca nuestra liberación.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Marcos: ¡Comienza la Buena Noticia!

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: ‘Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.’»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correo de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:
- Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Marcos 1,1-8
Comienza el libro que Marcos escribió sobre Jesús, y lo primero que nos dice es que se trata de una buena noticia (evangelio) acerca de Jesús que es el Mesías (Cristo) e Hijo de Dios. En tiempos de Marcos la palabra «Mesías» podía significar muchas cosas para los judíos y la expresión «Hijo de Dios» otras tantas para los de cultura griega o romana.
Y es que Marcos lo que va a escribir es novedoso, por eso le interesa llamar la atención del lector para que se interrogue.
La cita del profeta Isaías va en la misma línea: hay que preparar el camino al Señor, es necesario un mensajero que pregone su llegada, al estilo de los voceros que precedían a las personas influyentes en su camino por la ciudad para que los de más baja condición dejasen paso. Pero este mensajero es extraño, grita en el desierto porque el Señor que llega no viene avasallando, más bien al contrario, es necesario salir de la ciudad, ir al desierto para escuchar este anuncio, es necesaria la actitud de la escucha, de la búsqueda, de no quedarse cómodamente instalado en la propia mediocridad.
Tras esta introducción nos presenta a Juan Bautista, personaje extraño y sorprendente, con la fuerza de los antiguos grandes profetas. ¡Llevaban siglos sin profetas! Muchos acuden a él porque no están contentos con su propia vida, porque saben que es necesario un cambio, pero no saben cómo darlo. Juan les anima, les da fuerza, les empuja a convertirse, a cambiar su mentalidad vieja por la nueva de quien espera al Señor que viene. Cambiar no es tan fácil, Juan no es ningún ingenuo, pero es consciente de que está anunciando algo grande, de que tras él llegará quien traiga el Espíritu Santo, la fuerza de Dios, ¡y él sí será capaz de transformarnos!
Juan también es sincero, la gente puede confundirse y tomarlo como el Mesías; pero él no engaña a nadie, él no es el dueño de su mensaje, y lo expresa con una imagen comercial que a nosotros nos resulta desconocida, pero que tiene un sentido muy claro.
Llevar sandalias sobre un terreno era símbolo de propiedad. Sólo el dueño podía llevarla, y no los esclavos. Cuando alguien quería ceder su derecho de compra o herencia sobre un terreno a otra persona, se quitaba la sandalia y se la entregaba (ver Rut 4,7-8). Aquí Juan está diciendo que Dios no le cede este derecho de propiedad sobre el pueblo. El pueblo de Israel pertenece sólo a Dios, y por eso mismo él vendrá a liberarlo como tantas otras veces ya ha hecho.

Para la reflexión y oración:
  • El mensaje de Jesús es buena noticia, produce alegría y esperanza.
  • Jesús es el Mesías esperado, ¿cuáles son mis esperanzas más profundas, cuáles mis deseos? ¿Estoy esperando que venga Jesús a mi vida?, ¿o es más cómoda mi vida sin él?
  • ¿Qué obstáculos hay en mi corazón o en mis actitudes que impiden la venida del Señor?
  • Cambiar no es tan fácil: confía en el Espíritu de Dios que todo lo puede.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Frases de Pablo...

Os dejo hoy otra frase de San Pablo:
Tres cosas hay que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más grande de las tres es el amor.
1 Corintios 13,13

viernes, 5 de diciembre de 2008

Transformar el mal en bien

De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas.
Isaías 2,4
Esta breve frase siempre me ha llamado la atención porque contrasta con nuestra forma de ver muchas veces el mal y el bien. Como si dentro de nosotros tuviésemos la posibilidad o la fuerza para hacer el mal y, por otro lado, la oportunidad y la energía para hacer el bien. Los malos -en la mayoría de las películas- deben ser aniquilados y los buenos tienen este cometido. Igualmente, habría fuerzas en nuestro interior que deberíamos "reprimir" para que otras fuerzas pudiesen salir a la luz.
Me parece que Isaías ha hecho una reflexión sobre esto y ha sacado una conclusión distinta. Él no dice que las espadas y las lanzas serán destruidas, quemadas y pulverizadas y que, por otro lado, se construirán herramientas para la vida -para el cultivo del campo que produce alimento y vida-; Isaías se ha dado cuenta de que son las mismas armas, el mismo hierro y madera, las mismas energías que los seres humanos tenemos dentro, las que pueden convertirse en armas de destrucción o en objetos de vida nueva y fecunda.
No se trata de "reprimir" en nuestro interior unas fuerzas y de sacar a la luz otras, se trata de enfocar, de canalizar toda la energía que Dios nos ha querido regalar hacia la donación de vida, que cuesta ciertamente esfuerzo, pero que es capaz de crear un mundo de Paz, que es de lo que se trata.
En resumen, Isaías, hasta cuando es utópico e idealista, tiene los pies en la tierra y escribe cargado de realismo.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Opiniones sobre La Biblia en Internet

También se habla de la Biblia en Internet, y mucho.
En la entrada de hoy os propongo una página que me parece bastante interesante. Se trata de un foro literario organizado por Laura Gallego para motivar a la lectura sobre todo a adolescentes. En una de sus secciones, los usuarios escriben sus opiniones acerca de distintos libros, y, mira por dónde, uno de los libros a comentar (entre otros cientos) puede ser la Biblia.
Lo más valioso de este enlace es ver cómo se expresan distintas personas, creyentes o no, acerca de la Biblia y observar cuáles son sus inquietudes.
Os dejo el enlace:
http://lauragallego.com/phpBB2/viewtopic.php?t=17585
Ya me comentaréis qué os parece y, si queréis, podéis registraros en el foro de Laura Gallego y opinar también allí.

martes, 2 de diciembre de 2008

¡Podemos!

Habitará el lobo con el cordero, la pantra se tumbará con el cabritillo, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el bue. El niño jugará en la hura de la víbora, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. noharán daño ni estragopor todo mi monte santo: porque está lleno el país de conocimiento del Señor, como las aguas que colman el mar...
Isaías 11,1-10.
Tenemos tendencia a domesticar la Biblia. Ante este texto tan maravillos lo fácil es decir que el profeta imagina de forma poética un futuro en paz y concordia hasta expresarlo con contrastes imposibles.
Pero no es eso, al menos no exactamente, al profeta le importa un pimiento lo que pensemos acerca de lo que él ha escrito, lo que le interesa de verdad es lo que hagamos, es cómo reaccionemos.
Hoy este párrafo me ha recordado el lema, que ya nos parece viejo, con el que nos acercábamos a la Eurocopa hace no tanto. Podemos. De verdad que podemos construir un mundo basado en la concordia y el respeto, de verdad que podemos vivir en paz. La paz es posible. El principal escollo es nuestra falta de confianza en que, ciertamente, podemos. Podemos porque el Señor está con nosotros, porque él pone toda su fuerza y su empeño en que nos pongamos a construir su reino de Paz y Fraternidad con mayúsculas. Que sí, que podemos, de verdad.
¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe!

lunes, 1 de diciembre de 2008

¡ 500 !

Ya sé que no son muchas, comparando con las cifras de visitas que se suelen manejar en internet, pero no deja de ser un primer hito importante en un blog tan sencillo el haber llegado a las 500 visitas. Esto es sólo el principio, ahora, con el blog y la página www.bibliayvida.com podemos por fin añadir recursos y otros elementos de interés que sean útiles para los que nos visitáis.
¡Seguimos!

domingo, 30 de noviembre de 2008

Domingo 1º de Adviento: ¡¡¡¡¡¡VELAAAAAAD!!!!!!

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»
Marcos 13,33-37

Dios viene; irresistible, imparable; por encima de nuestros olvidos e infidelidades. Dios viene. Sin tener en cuenta si nosotros lo consideramos apropiado, si llega a la hora adecuada, si estamos preparados, esperándolo. Dios viene, precisamente, donde menos se le espera, donde la injusticia cree vivir impune, donde las guerras arrasan vidas inocentes, donde la opresión se justifica con mil excusas. Dios viene, vino y vendrá siempre. Y esto precisamente es lo que los cristianos queremos celebrar por todo lo alto. No nos basta con una fiesta el 25 de diciembre, necesitamos más, y por ello le dedicaremos todo el tiempo de Navidad a este misterio. Pero ni siquiera nos basta con esto; necesitamos prepararnos, lo sabemos. Por eso Dios nos regala, a través de la liturgia, estos cuatro domingos de Adviento.
En el segundo y tercer domingo la figura de Juan Bautista nos va a llamar a la conversión; en el cuarto, María será nuestro modelo de fidelidad a Dios; en el primer domingo, en cambio, Dios nos sorprende con un texto sin ideas.
Hoy no vamos a aprender nada, hoy Jesús no es un maestro. Hoy, simplemente, suena con fuerza una palabra: ¡Velad! Cinco veces se repite este mensaje en el breve evangelio de hoy. La llamada es clara: Dios viene, velad, estad preparados, estad atentos, limpiad vuestra mirada, afinad el oído. Dios va a venir, tenedlo por cierto, pero no será cómoda su llegada, tendréis que estar preparados.
Dios sabe que no vale la pena decir nada a quien no quiere escuchar, ni a quien no sabe; ni siquiera es tarea fácil para aquellos que sí quieren acogerlo. Por eso nos invita a todos a tomar en consideración nuestra atención, nuestros sentidos más profundos. No nos propone tan sólo que preparemos unas luces y unos adornos para acogerlo que después podamos guardar en el fondo de un cajón hasta el año que viene. El evangelio nos está proponiendo una actitud de toda la vida, una forma de estar en el mundo en constante espera, en constante escucha. Dice que no sabemos el día ni la hora, pero no es cierto, sí lo sabemos con certeza: el día es hoy y la hora es a cada instante, en cada encuentro, en cada mano necesitada que se nos acerca, en cada lágrima que brota de nuestro hermano, en cada grito de denuncia de la injusticia. También en cada palabra de consuelo, en cada sonrisa, en cada momento de vida cotidiana y entregada. Ahí esta Dios, siempre presente, siempre viniendo. Sólo quien consigue interiorizar la actitud que hoy nos grita el evangelio comenzará a darse cuenta de esta verdad inmensa oculta bajo la rutina.
Dejemos, por tanto, que la Palabra de hoy nos interpele; somos los «porteros» de esta venida, de esta presencia de Dios junto a nosotros. Él nos ha dejado encargados de velar, de avisar a todos los de la casa cuando venga, de abrirle la puerta para que pueda acceder a nuestras vidas. No es un encargo simple ni fácil, es más cómodo dormir, como tantos otros, dejar que la vida transcurra sin pena ni gloria, entre facilidades y rutinas; tampoco es un encargo individualista, es importante para la casa entera, para todos los que viven junto a nosotros.
Hoy la lectio divina es una ocasión de revisión, profunda y personal: ¿Velamos? ¿Dormimos? ¿Reconocemos al Señor cuando viene, cuando pasa, cuando se queda a nuestro lado? ¿Tenemos la valentía de avisar a los demás de su venida?

sábado, 29 de noviembre de 2008

Más perlas paulinas

Os dejo hoy otra frase de las cartas paulinas. La carta a los Efesios, muy probablemente fue escrita por un continuador de las ideas y misión de Pablo, alguno de sus discípulos, que conocía muy bien su pensamiento. Hoy nos invita a orar:
Vivid en constante oración y súplica guiados por el Espíritu; renunciando incluso al sueño, orad con la mayor insistencia por todos los creyentes.
Efesios 6,18
Pues eso, a orar se ha dicho, aunque lo de renunciar al sueño tampoco significa que nos dejemos la salud, claro. Pero recordemos que en estos días los textos de la liturgia nos están recordando. ¡Velad!

viernes, 28 de noviembre de 2008

¡El verano está cerca! (Lc 21,29s)

Jesús expuso una parábola a sus discípulos:
-Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca. Pues cuandeo veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
Lucas 21,29s
El mundo a nuestro alrededor está lleno de signos, de muestras de la presencia de un "algo más"; están ahí, constantemente, siempre dispuestos a que fijemos en ellos los ojos y los descubramos: pueden ser una sonrisa, un apretón de manos, una llamada teléfonica, un email recibido sin esperarlo, una mañana soleada... tantos y tantos detalles que inundan nuestra cotidianidad para hablarnos de Dios, pero para los que muchas veces no tenemos tiempo, y su mensaje queda, de momento, en el silencio.
Pero también hay momentos maravillosos en los que, no sabemos bien por qué (o quizá sí sepamos bien por quien), nuestros oídos se abren, y somos capaces de escuchar, sonando en el fondo del ruido cotidiano, la hermosa música de la creación que nos sigue repitiendo desde siempre: "Sí, tu vida vale la pena porque es creación mía, no tengas miedo, estoy a la puerta y llego para llenarte de felicidad".
¡Que el Señor abra nuestros corazones!

martes, 25 de noviembre de 2008

Frases...

Dicen que hay frases que impresionan. Quizá las leamos u oigamos en otro momento y nos quedemos tan fríos; pero hay momentos en que ciertas frases nos llegan, nos tocan el corazón de alguna manera misteriosa y nos iluminan de forma que podamos expresar convicciones para las que quizá no encontrábamos palabras acertadas.
Esto me ha sucedido hace poco con una frase un tal Karl Rahner, la he leído de pasada, como de casualidad, y he tenido que complicarme un poco para encontrar de quién era.
No es bíblica, pero fundamenta el porqué de todo cuanto pretendemos desde www.bibliayvida.com. Rahner se imagina a San Ignacio de Loyola hablando a los que hoy intentamos hacer pastoral, y lo ve diciendo:
Una cosa sigue siendo cierta: que el ser humano puede experimentar personalmente a Dios. Y vuestra pastoral debería, siempre y en cualquier circunstancia, tener presente esta meta inexorable... Ayudar al hombre a experimentar que siempre ha estado y sigue estando en contacto con Dios es hoy más importante que nunca.

Contacto. Esa es la palabra. Estamos en contacto, ¡y tantas veces se nos olvida!

domingo, 23 de noviembre de 2008

Jesucristo, Presidente del Universo... (o algo así)

Mateo 25,31-46

Si nos encontrásemos con Jesús herido, hambriento o necesitado, seguro que nos gustaría ayudarle.
Sin embargo, nos resulta difícil reconocerlo en los necesitados. Por eso tenemos que pedir que abra nuestros ojos para que su presencia nos sea clara. O lo que es lo mismo, pedir que mueva nuestros corazones para que su dureza no sea la causa de nuestra ceguera.
Encontrar a Jesús en el necesitado es entrar en un misterio que se nos escapa. Porque Jesucristo, como recordamos hoy, es Rey del universo (o también podríamos decir Presidente del Gobierno del Universo, Primer ministro, mandamás de los mandamases...). A él, nos dice el Nuevo Testamento, se le ha dado todo poder y toda gloria sobre toda la creación.
Y digo que es un misterio que se nos escapa porque estamos acostumbrados a la palabra «poder» como dominación, opresión, egoísmo... Pero el poder le viene a Jesucristo por su entrega, por regalar toda la vida, hasta la última gota, por los hombres y mujeres del mundo. Por eso Jesucristo le ha dado la vuelta a todos nuestros criterios. Ahora es él quien nos espera en los necesitados para que lo reconozcamos, y nos pongamos a hacer como él: servir, entregarnos, vivir para los demás.
San Pablo, siempre tan realista, nos recuerda que por el pecado el ser humano es capaz de estropear la vida, el regalo más especial que hemos recibido de Dios. Pero también nos dice, desde su profunda fe, que Cristo ha resucitado por su entrega, que ahora ya no reina el pecado ni la muerte, que la entrega tiene sentido porque conduce a la Vida.
Hoy es un día para reconocer que Cristo reina, de verdad, en todo el Universo; aunque a veces no lo aparente, aunque parezca que domina más la muerte, el egoísmo y la opresión, podemos afirmar con certeza que la victoria definitiva sólo es de Jesús, porque él ha comprendido lo que los poderosos de la tierra se niegan a entender: que la fuerza auténtica está en el servicio. Y esto nos ha de llenar de alegría y esperanza.
Hoy también es día de revisar nuestra vida, nuestras actitudes ante los necesitados, y pedirle a Dios que nos dé un corazón de carne capaz de sentir misericordia y una mirada limpia capaz de reconocerle.

www.bibliayvida.com ¡Nueva página!

www.bibliayvida.com

Parecía que este blog estaba un poco abandonado, ¡una semana entera sin actualizar! Pero el motivo es sólido, ha llevado mucho esfuerzo de preparación, pero por fin puedo anunciaros una gran noticia:

Ha nacido un nuevo sitio web dedicado a la Biblia y a su relación con nuestra vida. Su página de inicio es este mismo blog, pero además hay espacio para más contenidos interesantes, como materiales para mis alumnos y recursos varios relacionados con la Biblia y su divulgación.

Es un sueño que llevaba acaricando desde hace tiempo, y por fin ha llegado el momento de hacerlo realidad. Desde bibliayvida.com intentaremos hacer lo posible por dinamizar este espacio. Pero también os pedimos vuestra pequeña colaboración en forma de comentario, sugerencia o cualquier otra indicación que queráis darnos.

Nos seguimos viendo en este blog y ahora, a través de www.bibliayvida.com.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Cartas del Apocalipsis

El libro del Apocalipsis es muy conocido por sus imágenes a veces extrañas y su estilo de expresión tremendista y colorido. En él algunos han querido imaginar predicciones del futuro y adivinaciones de acontecimientos concretos. ¡Qué pena! Se están perdiendo lo más bonito del Apocalipsis: precisamente que habla del presente y no del futuro (de todos los presentes que hubo o pueda haber).
Al principio del Apocalipsis hay siete cartas que dirige Jesús a siete comunidades cristianas (entiéndase, no las ha escrito Jesús, claro, pero es la forma de hablar del autor del Apocalipsis para expresar su mensaje; tampoco se dirigen sólo a esas siete comunidades, el número siete, que significa plenitud, totalidad, quiere decir que se trata de un mensaje único para la Iglesia entera).
La primera de las siete cartas dice así:
Esto dice el que tiene en su mano derecha las siete estrellas y pasea en medio de los siete candelabros de oro:
-Conozco tus obras, tu esfuerzo y tu entereza. Sé que no puedes soportar a los malvados, que has puesto a prueba a los que se llaman apóstoles sin serlo y los hallaste mentirosos. Tiene entereza y has sufrido por mi nombre sin claudicar. Pero he de echarte en cara que has dejado enfriar el amor primero...
Apocalipsis 2,1-4
Dejando aparte para no alargarme los símbolos del principio, de las estrellas y candelabros, llama la atención una expresión hermosa, que se entiende a la primera, estemos en la cultura que estemos y en la época que estemos: "enfriar el amor primero". Y es que el Apocalipsis, lejos de ser un libro que pretende meter miedo, es, ante todo, la expresión enamorada de un Dios que es todo pasión amorosa por nosotros.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Pablo se preocupa...

Mucho me temo que todo lo que he trabajado entre vosotros haya sido inútil... (Gal 4,11)


¡Vaya! Pues sí que nos viene hoy pesimista este Pablo. ¿Qué le pasaría? No es ésta una frase que se diga porque sí. Ni quedas bien con ella ni puedes utilizarla para salir al paso de nada. Es dura, y refleja una preocupación muy honda del corazón de Pablo.

¿Qué pasaba en la comunidad de Galacia que recibió esta carta?

La respuesta dentro de muy poco...

jueves, 13 de noviembre de 2008

Pasajes: Expulsión de los mercaderes del Templo (Jn 2,13ss)

Tal como os prometí el domingo, añado alguna pequeña explicación a la expulsión de los mercaderes del Templo.
En realidad, lo que Jesús está haciendo en un "gesto profético", está actuando como un profeta ante su pueblo, que sabía en qué consistían esos gestos, a veces bruscos y siempre sorprendentes.
Nosotros, que participamos de otra cultura, nos sorprendemos de lo que en aquella época no se sorprendían, en cambio, no llegamos a captar lo que era importante para ellos.
El ejemplo claro está en las palabras de los que, al verlo, le exigen: "¿Qué gesto nos muestras para justificar esto que estás haciendo?". Es decir, que los propios judíos no lo critican por violento, ni por aquellas cosas que a nosotros nos llaman la atención; ellos comprenden que se trata de un gesto profético y le piden que demuestre que es de verdad un profeta.
De eso se trata, y el evangelista Juan lo tiene muy claro. ¿Estamos nosotros dispuestos a acoger que Jesús nos descoloque, nos "saque de nuestras (cómodas) casillas"?

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Perlas...

Algunas perlas de las cartas paulinas, a partir del libro 365 días con Pablo.


Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen, cada vez más gloriosa, bajo el influjo del Espíritu del Señor.

(2 Cor 3,18)

lunes, 10 de noviembre de 2008

¿Conocías... los gestos proféticos?

Recordando el evangelio de ayer y el ataque de "ira" de Jesús me doy cuenta de que ciertas cosas no es tan fácil explicarlas, sobre todo cuando vienen de lejos y participan de una tradición y una historia larga muy distinta de la nuestra. Por eso he querido icuir una breve entrada sobre los "gestos proféticos".
Y es que los profetas (algún día hablaremos de ellos), no tenía como misión adivnar el futuro, ni mucho menos (eso lo tenían que hacer los adivinos, que la Biblia no ve con buenos ojos), sino anunciar con cierto... "empuje" el mensaje de Dios para el pueblo.
¡Vaya! Ahora resulta que los profetas eran los publicistas de hace miles de años... Pues en cierto sentido sí, sólo con la diferencia de que ellos no se enriquecían con su trabajo (más bien, muchos acabaron mal), sino que lo hacían por pura fe y entrega a Dios y a su pueblo.
Pero sí se parecen a los publicistas en una cosa: tenían que inventarse la manera de que el mensaje llegase a su gente. Casi siempre lo hacen con palabras, algunas de altísimo valor poético, otras con fuerza y garra como pocas en la historia dela humanidad. Y otras veces, preferían hacer "gestos", son lo que se llama "gestos proféticos", acciones a veces cotidianas, a veces extrañas, pero que siempre provocaban la pregunta de los que lo veían. Y todo con una función pedagógica (vamos, para que se enterasen, básicamente).
¿Queréis algún ejemplo de gesto profético? De acuerdo, tomo nota para otro día, que hoy me estoy alargando demasiado.
¡Hasta otra!

domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Violencia! (Domingo: Juan 2,13-22)

Menudo evangelio que nos trae Juan en este domingo (2,13-22). ¡Jesús que se hace un azote de cuerdas y se lía a latigazos contra los bueyes y las ovejas, que no tenían ninguna culpa, los pobres! ¡Vuelca las mesas de los cambistas... (bueno, estos se lo tenían merecido, por usureros, algún día hablaremos de ellos)!
¿Pero Jesús no venía a traer la paz? ¿Y ese arrebato de ira colérica?

En este semana intentaremos desvelar (un poco) este misterio...
Por cierto (ya parezco Colombo), ¿os habéis fijado que a los vendedores de palomas no los echa a latigazos sino que habla con ellos? ¿Tendrá algo que ver con que eran los que vendían animales para los sacrificios de los más pobres?


(Imagen de la demo del Juego PETRUS)

domingo, 2 de noviembre de 2008

Domingo: ¡Vaya con el San Juanito! (Jn 6,37-40)

En aquel tiempo dijo Jesús:
-Todos los que el Padre me da vienen a mí, y a los que vienen a mí no los echaré fuera. Porque no he venido del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado. Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el último día. Porque la voluntad de mi Padre es que todo aquel que ve al Hijo de Dios y cree en él tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día último.
Jn 6,37-40
¡Vaya con el San Juanito! Si es que no hay quien le entienda.
El evangelio de Juan es un libro sorprendente desde muchos puntos de vista, y eso lo hace fascinante, atrayente... y al mismo tiempo difícil de entender. Lo primero que sorprende es su forma de darle las vueltas a las cosas; no sabría decir si se parece a los antiguos catecismos de preguntas y respuestas o al detective Colombo, que siempre tiene una última palabra que decir que repite algo de lo que ya había dicho antes, pero lo amplía un pasito más.
Algo así parece hacer Juan, da pasos breves y meditados hacia la meta donde quiere llevarnos, que en el texto de hoy es doble; por decirlo en dos palabras: fe y vida (aunque el mismo Juan se da cuenta de que son una sola idea, me explicaré).
En final de nuestro texto habla de creer en Jesús y de resucitar en el último día, es decir, de fe y de tener vida. Este es el objetivo que persigue el autor a través de múltiples palabras e ideas que van desembocando en lo mismo:
- Ir hacia Jesús significa seguirle, aceptar su mensaje, es decir, creer en él.
- No "echar afuera", quiere decir, no quedarse "lejos de Dios", que es sinónimo de muerte, porque estar cerca de Dios, "dentro", es tener la vida que sólo él puede dar.
- La insistencia en la Voluntad del Padre que Jesús lo que hace es subrayar que Jesús es, de verdad, el Hijo de Dios, y lo hace para provocar la fe de los que leemos.
- No perderse ninguno de los que el Padre le ha dado, igual que no "quedarse fuera", es lo mismo que tener vida.
- Resucitar en el último día, evidentemente, es una llamada a creer en la vida que nos viene de Dios.
- Ver al Hijo de Dios significa reconocer que Jesús es ese Hijo de Dios, es decir, creer en él.
- Tener vida eterna y, de nuevo, resucitar en el último día, son la conclusión final a la que nos quería llevar.

En resumen, que Juan quizá podría hablar más claro, pero no con más firmeza. Juan es un enamorado de Jesús y de su mensaje, que no se agota en "creer unas cosas que dijo", sino en creer en él, porque en él está la vida auténtica que todos anhelamos, y así nos lo quiere contar y repetir para que no nos confundamos de camino buscando la vida donde no está.

jueves, 30 de octubre de 2008

¡Pues mi Biblia no dice eso!

Quizá algunas veces podemos encontrarnos con expresiones distintas en "Biblias" distintas. Vayamos por partes, no me refiero a las biblias de algunos grupos sectarios que puedan haber sido tergiversadas, estoy hablando de las ediciones de la Biblia normales y corrientes que podemos encontrar todas juntitas en los estantes de las librerías especializadas e incluso en más de una librería genérica (de esas que le dedican una mini-sección a "religiones, creencias y esoterismos varios", que ya es una forma de que se les vea el plumero).
Si comparamos distintas ediciones (pues se trata de "ediciones" distintas, y no de "Biblias" distintas), podemos encontrarnos con textos que varíen ligeramente o incluso con textos que parecen decir cosas muy distintas. ¿Por qué sucede esto?
Empecemos por el principio: lo que nosotros tenemos en nuestras manos son traducciones de la Biblia; el texto original utilizado para las distintas traducciones es el mismo con poquísimas variantes (algún día hablaremos de esos textos), pero se trata de libros escritos en hebreo, arameo y griego, hace muchos siglos y a miles de kilómetros de distancia. Y aquí radica la dificultad: no sólo son lenguas distintas, sino culturas totalmente distintas, en algunos aspectos radicalmente opuestas a ideas que, hoy, nosotros consideramos que son la mar de "normales". También en aquellas épocas y culturas la forma de expresarse era distinta (y mucho, os lo puedo asegurar), de forma que hacer una traducción "pura y absoluta" es una tarea imposible. Las palabras no tienen los mismos matices, a veces ni siquiera los mismos significados; las formas de decir verdades importantes eran totalmente distintas (por ejemplo con parábolas, que hoy quizá asociaríamos a cuentos para niños); y así podríamos poner muchos ejemplos en los que la tarea del traductor se enfrenta a dificultades casi insalvables.
Así que a los traductores (vaya delante mi reconocimiento por su trabajo), tienen que tomar opciones para poder escribir en su lengua de destino con un mínimo de coherencia y buen estilo. No todos los traductores toman las mismas opciones, y por tanto, las traducciones tienen diferencias que, a primera vista, nos pueden llamar la atención.
Pero, ¿cuáles son esas opciones que tienen que tomar los traductores? ¿Qué dificultades concretas se encuentran?
El tema es interesante pero por hoy ya me he extendido demasiado. Seguiremos en próximas entregas.

domingo, 26 de octubre de 2008

Domingo. El mandamiento del amor. Mt 22,35-40

Un fariseo, maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó:
-Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
Jesús le dijo:
-'Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente'. Éste es el más importante y el primero de los mandamientos. Y el segundo es parecido a éste: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'. De estos dos mandamientos pende toda la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas.
Mt 22,35-40
Mateo presenta la situación como una prueba mal intencionada contra Jesús. Los judíos, en aquella época, deducían multitud de normas y mandamientos a patir de la Ley y de otras tradiciones. En total sumaban 613, y no era que los rabinos se preocupasen por jerarquizarlos, y se preguntasen, por tanto, cuál es el más importante.
Pero Jesús no responde como otras veces a otras pruebas, con evasivas o respuestas que cambian la propia pregunta (recordemos, por ejemplo, el evangelio del domingo pasado). Mateo presenta aquí a Jesús como un maestro. No como un maestro académico de universidad, claro, que eso no existía por entonces, sino como un maestro de vida. Y es que Mateo es un auténtico catequista, que disfruta enseñando de forma organizada.
Lo primero que sorprende de la respuesta de Jesús es que no sepa matemáticas: le preguntan por el mandamiento más importante, sólo por uno, y el responde con dos. ¿Por qué hace esto? La respuesta trae una clave importante para entenderlo: Porque no existe el primer mandamiento sin en segundo, porque sólo con el primero la respuesta quedaría coja, limitada, le faltaría algo. Y es que el mandamiento principal es doble: Amar a Dios y al hermano forman un todo. Ya nos dice la primera carta de Juan que 'quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve'; y también no lo quiso recordar Santiago en su carta de forma insistente.
A Dios no le valen los amores de teoría. Amar a Dios puede ser tremendamente fácil, porque Dios nunca te va a pedir para llegar a fin de mes, porque no lo verás arrastrando su enfermedad, ni huele mal, ni te importunará de ninguna manera... A no ser que, como nos dirá el propio Mateo en su capítulo 25, seamos capaces de descubrir en las personas que pasan a nuestro lado la presencia de Dios mismo, y nos lancemos a amarle visitando a los enfermos y encarcelados, dando de comer a los hambrientos y de beber a los sedientos, cuidando a los que lo necesiten y siendo generosos con nuestro bien más preciado (que no es el dinero, por mucho que digan, sino el tiempo).
Entonces descubriremos que, de verdad, el doble mandamiento es uno solo, porque el amor se desbordará hacia Dios y al prójimo por igual y en los mismos gestos de cariño y donación.
Feliz domingo.

domingo, 5 de octubre de 2008

Los viñadores (Mt 21,33-43)

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
-El dueño de una finca plantó una viña, le puso una cerca, construyó un lagar y levantó una torre para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. El dueño envió otros criados, en mayor número que al principio; pero los labradores los trataron a todos del mismo modo. Por último, mandó a su propio hijo, pensando: "Sin duda, respetarán a mi hijo". Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: "Éste es el heredero, matémoslo y nos quedaremos con la viña". Así que le echaron mano, lo sacaron de la viña y lo mataron. Pues bien, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué creéis que hará con aquellos labradores?
Le contestaron:
-Matará sin compasión a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Jesús les dijo:
-¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?: "La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra principal. Esto lo ha hecho el Señor, y nosotros estamos maravillados". Por eso os digo que a vosotros se os quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos.

Se acerca la pasión, el evangelio de Mateo ya ha descrito muchas enseñanzas y actuaciones de Jesús, los que han querido creer en él han tenido ya motivo para hacerlo. Pero las autoridades lo rechazan, porque no les interesa, porque les supondría cambiar demasiado su forma de vida, porque prefieren que el mundo, la sociedad, quede como esté, mientras ellos sigan estando arriba.
Ahora Jesús habla con tanta claridad que asusta, no tiene pelos en la lengua. Acusa a esos mismos dirigentes, a la cara, de rechazar a Dios mismo. Pero no es una acusación desesperada, sino que encierra la eterna llamada a la conversión que todas las palabras que nos vienen de Dios tienen siempre.
Jesús es duro, porque duros de oído y de cerviz son sus interlocutores; no porque quiera condenarlos, sino para zarandearlos cogiéndolos de las solapas: "¡Convertíos, que viene el Reino! ¡No os quedéis fuera!"
¿Estamos nosotros entre ellos?

jueves, 2 de octubre de 2008

Ezequiel 18,25-28

Esto dice el Señor: "Comentáis: 'no es justo el proceder del Señor'.
Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?; ¿o no es vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que prometió.
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida.
Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

Ezequiel escribe en una época difícil para el pueblo. Los poderes extranjeros los oprimen y algunos israelitas murmuran contra Dios diciendo: "Nuestros padres han pecado, pero Dios nos ha castigado a nosotros", lo que viene a ser: "Dios es injusto".
Ezequiel replica que cada uno, antes de criticar a Dios como injusto, debe observar su propia conducta y su propia justicia. Porque Dios no es injusto, sino que da a cada uno según sus obras.
1. A los que son justos, es decir, los que cumplen la voluntad de Dios, les pone en guardia, avisándoles de que no se confíen, que sigan su camino sin desviarse.
2. A los pecadores, en cambio, les da esperanza; Dios siempre da otra oportunidad; y les insiste: "¡Recapacita, conviértete!"
A pesar de las formas duras de expresión del profeta Ezequiel, manifiesta un enorme optimismo de fondo; el profeta cree en el ser humano, cree en sus oportunidades, en la bondad que hay en el fondo de su corazón. Sabe que la hay porque ha sido Dios mismo quien la ha puesto allí ("Y vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno", Gn 1). Este optimismo tiene todavía más mérito en los tiempos difíciles que le tocó vivir.
No es que Ezequiel sea ingenuo, no hay más que leer su libro para ver que es muy consciente de las dificultades; él cree firmemente en el ser humano, en su posibilidad de cambiar, a pesar de las dificultades, porque Dios estará allí para ayudarlo.

martes, 30 de septiembre de 2008

Choque de actitudes

Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén. Envió por delante mensajeros, que fueron a una aldea de Samaria para prepararle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirle, porque se daban cuenta de que se dirigía a Jerusalén. Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto le dijeron:
-Señor, si quieres, diremos que baje fuego del cielo para que acabe con ellos.
Pero Jesús se volvió, y los reprendió. Luego se fueron a otra aldea.
(Lc 9,51-56. Texto de la traducción Dios habla hoy)

Dolores Aleixandre comenta este texto en Palabra y Vida 2008:
"Dos actitudes diferentes: la de los samaritanos y la de los discípulos, pero ambas equivocadas. Los primeros, encarnan la postura cerrada e intransigente de quienes han hecho de su etnia lo más importante en su escala de valores, y consideran enemigas a las demás. La de los discípulos revela un deseo de responder con violencia a cualquier ataque recibido. Entre estas dos, la de Jesús, que emprende con valor su viaje a Jerusalén y se comporta con la mansedumbre de quien ha puesto el amor por encima de todas las cosas."

domingo, 28 de septiembre de 2008

Los dos hijos (Mt 21-28-32)

Dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
-¿Qué os parece? Un hombre que tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: "Hijo, ve hoy a trabajar a mi viña". El hijo le contestó: "No quiero ir", pero después cambió de parecer y fue. Luego el padre se dirigió al otro y le dijo lo mismo. Éste contestó: "Sí, señor, yo iré", pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que el padre quería?
-El Primero -contestaron ellos.
Entonces Jesús les dijo:
- Os aseguro que los que cobran los impuestos para Roma y las prostitutas entrarán antes que vosotros en el Reino de Dios. Porque Juan el Bautista vino a mostraros el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. Vosotros, aun después de ver todo eso, no cambiasteis de actitud ni le creísteis.
(Texto de la traducción "Dios habla hoy")


domingo, 21 de septiembre de 2008

Domingo: Romper las normas sociales desde la generosidad (Mt 20,1-16)

El Dios manirroto
El evangelio de hoy es un pelín largo, pero no me resisto a traerlo entero, porque no tiene desperdicio.

Con el reino de los cielos sucede lo que con el dueño de una finca que salió a contratar obreros para su viña. Después de contratar a los obreros por un denario al día, los envió a su viña.
Salió a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a la viña, y os daré lo que sea justo". Ellos fueron.
Salió de nuevo a mediodía y a primera hora de la tarde e hizo lo mismo.
Salió por fin a media tarde, encontró a otros que estaban sin trabajo y les dijo: "¿Por qué estáis aquí todo el día sin hacer nada?"
Le contestaron: "Porque nadie nos ha contratado". Él les dijo: "Id también vosotros a la viña".
Al atardecer, el dueño de la viña dijo a su administrador: "Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros".
Vinieron los de media tarde y cobraron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que cobrarían más, pero también ellos cobraron un denario cada uno. Al recibirlo, se quejaban del dueño, diciendo: "Estos últimos han trabajdo sólo un rato y les has pagado igual que a nosotros, que hemos soportado el peso del día y del calor".
Pero él respondió a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No quedamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Si yo quiero dar a este último lo mismo que a ti, ¿no puedo hacder lo que quiera con lo mío? ¿O es que tienes envidia porque yo soy bueno".
Así los últimos serán primeros, y los primeros, últimos.
(Texto tomado de la Biblia didáctica de SM)


Se trata de romper todas las normas sociales sobre las que se asienta nuestra civilización (la justicia "distributiva", tanto te mereces, tanto recibes), a través del absurdo de la generosidad. Nada de tomar las armas para derrocar el poder establecido y establecer otro (¿peor?), algo bastante más inesperado, absurdo y mágico: te regalo todo, te regalo lo que tengo, me regalo a mí mismo y así el mundo entero volverá a girar con el ritmo que Dios le quiso marcar desde el principio. ¡Qué maravillosa intuición!

viernes, 19 de septiembre de 2008

María Magdalena

Traigo hoy el comentario que Dolores Aleixandre hace al evangelio del día (Palabra y Vida 2008, Publicaciones Claretianas)
La presentación que hace el evangelio de María Magdalena tiene poco que ver con otras que hemos escuchado o leído frecuentemente: en ningún lugar la presentan los evangelistas como prostituta ni nada parecido y la alusión a los "siete demonios" [que Jesús había expulsado de ella, cf. Lc 8,1-3] indica más bien una desestructuración o desintegración personal que le impedía llevar una vida verdaderamente humana. Pero junto a Jesús aquella mujer encontró sosiego e integración y vivió de nuevo, como podemos vivirla nosotros, la plenitud serena de encontrarse con lo mejor de sí misma.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Parábola de los deudores perdonados (Lc 7,36-50)

Entonces Jesús dijo:
-Simón, tengo algo que decirte: "Dos hombres debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta: pero, como no le podían pagar, el prestamista perdonó la deuda a los dos. Ahora dime: ¿cuál de ellos le amará más?
Para Dios no se trata de sacar cuentas, de hacer balance de entradas y salidas, de exigir el correspondiente pago a lo prestado, con sus intereses. Dios disfruta perdonando, le apasiona amar y darse todo y del todo a todos. Sólo que a nosotros nos cuesta comprenderlo y aceptarlo... porque nos damos cuenta de que, si reconocemos que ahí está la felicidad, nuestros pies nos llevarán corriendo por esa senda, y no estamos tan dispuestos a perdonar, a amar, a dar gratis... ¡Que Dios cambie nuestro corazón!
-Me parece que aquel a quien perdonó más -respondió Simón.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Pablo el orante

Una de las grandes facetas de Pablo es la profundidad de su oración. Como muestra podemos ver en sus cartas cómo afirma insistentemente que ora por las comunidades que él ha fundado o evangelizado. No lo dice como una simple información, es importante para él hacerlo y también es importante que se sepa, que ellos sepan, que ora por ellos.
Sin cesar presentamos a Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, la eficacia de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo. (1 Tes 1,3)
¿También nosotros oramos constantemente por nuestros destinatarios, niños o adolescentes de catequesis, jóvenes de grupos de fe, fieles de comunidades, etc. etc.? ¿Se lo hacemos saber con la fuerza y naturalidad de Pablo?

domingo, 14 de septiembre de 2008

Domingo 14 septiembre

En aquel tiempo dijo Jesús:
-Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre ha de ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.


Juan toca fondo en este párrafo, preparando (estamos todavía en el cap. 3 de su versión del evangelio) todo lo que vendrá más adelante. Casi veinte capítulos después llegaremos a la crucifixión, pero desde aquí ya se noas ha dicho que todo lo hace Dios por amor; que no busquemos condenas ni castigos destructivos, que el amor de Dios es tanto, tantísimo, que hasta su Hijo único, lo más preciado de cualquier padre, lo ofrece para la salvación del mundo.
Ante este modelo nos reflejamos nosotros.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

365 días con Pablo


El libro que os comento hoy es muy sencillo, se titula 365 días con Pablo y es de Jacinta Cericato. Se trata de una recopilación de frases de las cartas de Pablo y atribuidas a él, una para cada día del año. Interesante aportación para acercarse a la tremenda fuerza espiritual de este incansable evangelizador y de sus discípulos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

1 de septiembre y recomenzamos...

Ha llegado septiembre y casi ni nos hemos dado cuenta de las merecidas vacaciones.
Recomenzamos con "La Biblia, de otra manera...", aunque vamos a ir poco a poco, que los inicios de curso siempre son cuesta arriba cuando ha habido traslados, cambio de casa, de ciudad, de ocupaciones...
Pero hablemos de la Biblia, que es lo nuestro. Este curso nos esperan interesantes entradas, le dedicaremos bastante a San Pablo, ya que estamos en el año dedicado a él, veremos algún libro más de divulgación bíblica y, si es posible, alguna forma "nueva" de leer la Biblia.
Que el Dios de la esperanza llene de alegría y paz vuestra fe, y que la fuerza del Espíritu Santo os colme de esperanza.
Rom 15,13

viernes, 1 de agosto de 2008

AGOSTO: "Cerrado por vacaciones"

Llegamos a Agosto, así que vamos a cerrar por vacaciones.

¡¡Nos vemos en Septiembre!!

domingo, 27 de julio de 2008

Domingo: El tesoro y la perla

El reino de los cielos se puede comparar a un tesoro escondido en un campo. Un hombre encuentra el tesoro y vuelve a esconderlo allí mismo; lleno de alegría, va, vende todo lo que posee, y compra aquel campo. También se puede comparar el reino de los cielos a un comerciante que anda buscando perlas finas; cuando encuentra una de gran valor, va, vende todo lo que posee y compra la perla.

domingo, 20 de julio de 2008

Domingo: La semilla de mostaza

Jesús les contó también esta parábola:
-El Reino de los cielos se puede comparar a una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es sin duda la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es más grande que las otras plantas del huerto; llega a hacerse como un árbol entre cuyas ramas van a anidar los pájaros.

domingo, 13 de julio de 2008

Domingo: Jesús el sembrador

Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: una espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. Los que tienen oídos, que oigan.

domingo, 6 de julio de 2008

Domingo: Venid a mí

Por aquel tiempo, Jesús dijo:
-Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido. Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros."

domingo, 29 de junio de 2008

Domingo: ¿Quién decís que soy yo?

Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos dicen que Juan el Bautista; otros que Elías, y otros que Jeremías o algún profeta." "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?", les preguntó. Simón Pedro le respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente." Entonces Jesús le dijo: "Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún hombre te ha revelado esto, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar mi iglesia; y el poder de la muerte no la vencerá. Te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en este mundo quedará atado en el cielo; y lo que desates en este mundo, también quedará desatado en el cielo."
Es imprescindible conocer a Jesús si nos interesa su mensaje, es muy útil conocer aspectos históricos, algunos muy curiosos, que nos ayudan a situarlo en su época y en su contexto. Pero, después de todo eso, llega un momento en el que la ciencia no puede ayudarnos, llega el momento decisivo en el que Jesús nos va a preguntar: ¿Y tú, quién dices que soy yo? Ante esta pregunta, cruda, desnuda, directa, no tenemos más que nuestros labios para responder, nuestro corazón para amar y nuestra mente para creer. No valen las respuestas de "otros dicen", no valen las frases aprendidas en el catecismo. Sólo vale tu alma desnuda ante él que te pregunta.
¿Qué respondes?

sábado, 28 de junio de 2008

Hoy comienza el año de San Pablo

Hoy, 28 de junio, comienza el año de San Pablo, en la víspera de la solemnidad dedicada a los dos grandes apóstoles, Pedro y Pablo.
Desde "La Biblia, de otra manera..." vamos a dedicarle bastantes entradas. Lástima que ahora empiece el verano y el ritmo de entradas vaya a bajar, pero a partir de septiembre nos resarciremos.
Pablo -o al menos sus ideas- es un personaje muy documentado, lo conocemos por dieciséis escritos del Nuevo Testamento. Siete de ellos son cartas dictadas por él mismo en persona; algunas otras cartas son discutidas porque podrían ser suyas o de algún discípulo suyo; otras más son, evidentemente, de discípulos que, al menos, conocían muy bien sus ideas y su vida; y por último hay referencias a él en otros escritos, abundantes -como en Hechos de los Apóstoles-, o de refilón, con en la segunda carta de Pedro.
Pero Pablo es también una persona muy controvertida. Hacia él hay grandes amores y profundos desprecios. En gran parte se le han achacado los defectos de sus comentaristas, y no los suyos propios. Su cartas, a veces tan profundas que no hay quien las entienda, son la excusa perfecta para decir que era un hombre complicado. Pero también es cierto que más de una de sus frases se han malinterpretado por desconocer el ambiente de su época y sus preocupaciones.
Desde este blog, como no podía ser menos, vamos a dar nuestra propia visión de Pablo. Vamos a fijarnos en su persona, en sus sentimientos, y en cómo él mismo los expresa en sus cartas. Quizá dejemos de lado otros aspectos, más doctrinales, más teóricos; diremos algo de todo ello, pero hay muchos otros sitios donde leer buenos textos sobre ello.
Y también, claro, haremos alguna referencia a libros o revistas sencillos, que podremos compartir.
Comienza, pues, el año de San Pablo.

jueves, 19 de junio de 2008

La oración del Padre Nuestro

El Padre Nuestro es una oración que recitamos tantas veces que podemos olvidarnos de la revolución que propone.

Cuando rezamos podemos tener la tentación de encaramarnos al cielo y quedarnos allí, tan a gustito, deseando huir de este mundo como si sólo fuese un "valle de lágrimas".
Pero también está la tentación de quedarse sólo "de tejas para abajo", insistir sólo en que debemos perdonar, luchar por un mundo más justo y solidario olvidándonos de que precisamente esa es la voluntad de Dios y creyendo que se nos ha ocurrido a nosotros solitos.

Jesús en el Padre Nuestro rompe ambas tentaciones, porque lo suyo es siempre buscar la unidad. Unir el cielo con la tierra, unir a Dios con el ser humano, unir a las personas entre sí, unir a los pueblos de la tierra en una nueva historia de fraternidad (a pesar de que alguna vez diga que "ha venido a traer división", pero esa es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión).
El Padre Nuestro comienza con Dios en el cielo, pero pronto pone los pies en la tierra; levanta la mirada para santificar el nombre de Dios y en seguida la baja para ponerse a construir el reino entre cemento y ladrillos; pide al Padre el pan, pero sólo el justito de cada día, que no hay que fantasear con grandes almacenajes; invoca el perdón, pero sólo para poder compartirlo y derrocharlo por todas partes.

El Padre Nuestro rompe esquemas y evita fanatismos, se preocupa de lo de hoy y de lo de aquí, sin olvidar que la fuerza de nuestra vida nos viene de lo más hondo, de los más alto. Para que nuestra mirada ni se pierda mirando sólo al infinito ni se quede cegada por el polvillo de la construcción del Reino.

martes, 17 de junio de 2008

Libros: El Cuadrante I. La Búsqueda


Estreno hoy una nueva etiqueta y sección, los libros. De cuando en cuando añadiré aquí alguna referencia a libros y recursos que pueden ser útiles para conocer cada vez más la Biblia, de otra manera. No serán volúmenes especializados, sino escritos para todos, para que todos podamos entender mejor la Palabra que nos llega desde Dios, pero con unas formas culturales tan distintas a las nuestras.

Para comenzar os presento "El Cuadrante. Parte 1: La Búsqueda". De José Luis Sicre Díaz. Es un libro que presenta los tres primeros evangelios (Marcos, Mateo y Lucas) de una forma amena pero muy acertada. Alterna algunos capítulos de explicación, al nivel de cualquier lector, con capítulos novelados en los que un personaje de ficción, Andrónico, cristiano del siglo I, va conociendo los evangelios y comentándolos en familia.

Es, ciertamente un libro muy recomendable para descubrir muchas cosas sobre los evangelios y sobre Jesús.

domingo, 15 de junio de 2008

Domingo: "Pedid al Dueño que mande obreros a su campo"

Viendo a la gente, Jesús sentía compasión, porque estaban angustiados y desvalidos, como ovejas que no tienen pastor. Dijo entonces a sus discípulos:
- Ciertamente el "campo" es muy grande, pero los "trabajadores" son pocos. Por eso, pedid al Dueño del campo que mande obreros a trabajar (...)
Mt 9,36-10,8

Os dejo esta perla del evangelio de hoy y un pequeño comentario de Dolores Aleixandre:

La llamada a los Doce, a cada uno por su nombre, es una decisión precedida de un sentimiento de compasión en Jesús. Él se sabe pastor, pero los límites de su humanidad le recuerdan que solo no puede llegar a tanta gente. Por eso busca colaboradores, forma "equipo", acude a otros, llama a estar con él y a hacer llegar a tantas ovejas sin pastor su misericordia y su cuidado. Cada uno de nosotros estamos también llamados por nuestro nombre y convocados a la misma tarea.

¡Feliz Domingo!

sábado, 14 de junio de 2008

¡A la fruta fresca!

El Señor, tu Dios, te va a introducir en una tierra buena; tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas, que brotan en el fondo de los valles y sobre los montes; tierra de trigo y cebada, de viñas, higos y granados; tierra de olivos, aceite y miel. Comerás hasta saciarte y bendecirás al Señor tu Dios, en la buena tierra que te da.
Dt 8,7-8.10
En este fragmento tan nutritivo del Deuteronomio, el quinto libro de la Biblia y uno de los más sagrados para los judíos, Moisés recuerda la promesa de Dios al pueblo de darle una nueva tierra llena de agua y, por tanto, de riquezas vegetales. Sabemos que no fue Moisés quién escribió ese libro, sino que se redactó más tarde siguiendo una historia compleja, pero en realidad no es ese el tema de hoy.
Para mucha gente las frutas y verduras aparecen en los campos y en los árboles sin mayor admiración, así como muchos niños pueden creer que los billetes aparecen en las carteras de sus padres como si criasen (hay también otros niños que no creen eso, porque nunca han visto ningún billete).

En cambio, para los hebreos, todo cuanto tenían o podían tener era un regalo de Dios. Pero no de esos regalos a granel que hacen las multinacionales cuando promocionan un nuevo producto; no eran regalos anónimos.
Dios les regalaba a ellos, precisamente a ellos, por amor, por elección de su voluntad, aquellos manjares de los que podían disfrutar.
Ciertamente, todavía hoy, Israel es un país de un clima y situación benévolos para muchos tipos de productos de agricultura templada y subtropical.
A ellos les gustaba expresarlo en estos siete productos del campo: el trigo y la cebada, la uva los higos y las granadas, el aceite y los dátiles. Todos estos manjares se los regalaba a Dios, y provocaba en ellos la bendición.
No se trataba sólo de llenar la panza, iban mucho más allá. Reconocían que Dios llenaba sus vidas, les llenaba de sentido, dándoles la vida en forma de alimento a partir de la vida en forma de amor y elección que había dado a su pueblo.
Y no se quedaban quietos al reconocerlo, se movían a su vez en un canto de alabanza y bendición que era la respuesta agradecida de quien reconoce el amor de su Dios.

En algunos hogares sigue presente la costumbre de bendecir la mesa antes de comer. A veces tenemos tanta prisa que no le encontramos sentido. En realidad, bendecir la mesa es reconocer que comer tiene sentido, porque la vida entera lo tiene en el Dios que nos ama con locura.

viernes, 13 de junio de 2008

Pasajes: "Sí, sí, no, no"

Mateo 5,33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús:
-Habéis oído que se dijo a los antepasados: "No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido como juramento al Señor" Pero yo os digo que no juréis por nada ni por nadie. No juréis por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni siquiera juréis por vuestra propia cabeza, porque no podéis hacer que os salga blanco o negro ni un solo cabello. Si decís "Sí" que sea sí; y si decís "No", que sea no. Lo que se aparta de esto, es malo.
Estamos ante un pasaje del sermón de la montaña, en el evangelio de Mateo. Jesús nos dice algo tan simple que apabulla... sé sincero, sé sincera.Vaya, para eso no hace falta tanta parafernalia... ¿o sí?

Los antiguos, en muchas culturas, tenía una forma de solemnizar lo que decían: el juramento por Dios o por los dioses. En tiempos en los que apenas casi nadie sabía leer ni escribir, y, por tanto, los documentos escritos eran escasos, la palabra dada debía funcionar como contrato, sentencia y escritura, como ahora los papeles compulsados y certificados o las modernas firmas digitales informáticas.

Pero, claro, como todo lo que toca el ser humano, puede usarse bien, o estropearse. Con la palabra humana había pasado (y pasa) lo mismo: alguien, un buen día, inventó una cosa horrible: la mentira.

De aquí surgen, como reacción, los juramentos, que son como decir: "Que sí, que lo que te digo es verdad, que te puedes fiar, que lo estoy jurando por el dios correspondiente..."
Jesús, gran observador de la vida y de las personas, se da cuenta de que jurar equivale a dedir todo esto... y aún más. Jurar en momentos importantes significa que, cuando no se está jurando, la palabra tiene menos valor, se deja un resquicio a la mentira... Es como aceptar que nuestras palabras tienen dos ritmos: el del juramento es serio; el de la "conversación cotidiana" es otra cosa, no es tan necesario ser sincero, comprometerse con las propias palabras, decir la verdad...

Para Jesús no hay término medio, el ser humano existe para vivir, para vivir del todo, para vivir al máximo, para hacer de todas sus capacidades el máximo uso y aprovechamiento: y la palabra humana, la verdad que expresa, es una de las capacidades más preciadas; no puede ni debe ser tergiversada de ninguna manera, bajo ningún concepto, con ninguna excusa: No valen entre vosotros juramentos, porque no os hace falta dividir vuestra palabra en dos niveles: el de verdad y el no-sé-si-sí-o-si-no.

Si decís "Sí", que sea sí; y si decís "No", que sea no.
Lo que pase de ahí, os vuelve malos.

jueves, 12 de junio de 2008

Un año para san Pablo

Ayer y anteayer ya tuvimos entradas más densas, así que hoy toca simplemente un anuncio. La noticia no es nueva, ya que lleva casi un año: en junio del año pasado el papa anunció que se iba a dedicar un año a la figura de san Pablo.
Pues bien, el año de san Pablo está a punto de comenzar, concretamente durará del 28 de junio 2008 al 29 de junio 2009, desde La Biblia, de otra manera, tenemos un especial interés en ver también a Pablo de otra manera, iremos presentando su figura, sus escritos, sus ideas más importantes, las claves de su vida y, por qué no, sus manías, su carácter y, en definitiva, su persona.

miércoles, 11 de junio de 2008

¿Dios? ¡Uy qué miedo! (cont.)

Palabritas: "Temor de Dios" (y 2)

(Continuación)
(Ayer investigamos qué significa en castellano el verbo "temer" según la RAE. Vimos que hace años tenía un matiz de "miedo reverencial" que un buen día desapareció del diccionario.)

La última vez que el diccionario de la Real Academia Española aceptó ese matiz de reverencia fue en 1817 (!). En la siguiente edición del diccionario Usual, el 1822, ya había desaparecido:


Desde entonces, con algunos cambios de expresión por el paso del tiempo, los significados no han variado mucho, todos con su matiz negativo. Mientras se ha mantenido a través de los siglos la referencia al "temor de Dios" como "miedo reverencial". Nada ha cambiado desde principios del siglo XIX.

Ahora sí, definitivamente, puedo afirmar y afirmo: LA PALABRA "TEMOR" EN CASTELLANO, EN EL SIGLO XXI, ES UNA TRADUCCIÓN INAPROPIADA DEL TÉRMINO ORIGINAL BÍBLICO.


2
. ¿Qué dicen los comentarios de la Biblia sobre la expresión "temor de Dios"?
Tiene un matiz siempre positivo: significa "respeto" a Dios. El "temor" de Dios no quiere decir que haya que tenerle "miedo" sino considerarlo en su grandeza, respetarlo y reverenciarlo...
Llegamos a afirmar que el origen de este temor es el amor, que es lo que importa de verdad. El amor que recibimos de Dios nos lleva a reconocerlo agradecidos y a respetarlo.

Sí, sí, todo esto está muy bien, y, lo más importante, es totalmente cierto, el significado bíblico de esa expresión antigua queda muy bien descrito en la explicación que dan los comentarios.

Pero lo que yo digo es mucho más sencillo: la palabra "temor" no es la adecuada para transmitir ese mensaje de amor y respeto. Aunque en 1817 lo fuese, ahora (y desde 1822) ya no lo es, y, por tanto, tenemos que rechazarla.

Si queremos traducir la Biblia al castellano, tenemos que respetar la lengua castellana. Si la palabra original de la Biblia tiene un matiz positivo de "respeto" y la palabra castellana "temor" no lo tiene (¡desde hace casi 200 años!): entonces no es la palabra correcta.

Que me perdonen los señores traductores que bastantes dificultades tienen en su trabajo. Pero para comunicarnos en castellano, con todos los hispanohablantes, no podemos usar significados de las palabras que ni siquiera están el diccionario (aunque estuviesen hace siglos), no podemos inventarnos una lengua nueva. Si no, corremos el peligro de alejarnos tanto del lenguaje de la gente que acabemos lejos de su mundo. Esa va a ser una tentación siempre presente entre los cristianos. ¡Evitémosla incluso desde nuestra forma de hablar!

martes, 10 de junio de 2008

¿Dios? ¡Uy qué miedo!

Palabritas: "Temor" (1)
En la Biblia aparece a veces la expresión temor de Dios o temer a Dios. Claro que nosotros manejamos traducciones a nuestras lenguas de los textos originales, y ese "traspaso" de una lengua a otra nos puede jugar malas pasadas.
En mi opinión la palabra "temor" es una de esas.

Vamos a hacer dos búsquedas distintas: por un lado, veremos qué significa la palabra "temor" en castellano, y por otro qué dicen los comentarios a esta palabra cuando aparece en la Biblia. Al final, una pequeña conclusión.
Para que no sea tan largo, voy a dividir esta entrada en varios días.

1. Investigando en los diccionarios de la Real Academia Española de la Lengua, la palabra "temor" tiene un significado sólo negativo. Aunque incluye la expresión "temor de Dios", que define como:
"Miedo reverencial y respetuoso que se debe tener a Dios. Es uno de los dones del Espíritu Santo." (RAE)
¡Pues sí que la hemos arreglado! Si la palabra temor ya da un poco de yuyu, (por cierto, la palabra "yuyu" no está en el diccionario"), ahora nos viene el diccionario con la palabra "miedo", que, aunque sea reverencial (cosa que yo no comprendo, el miedo es el miedo, y punto), va a ser difícil encontrarle un punto de vista positivo.
Vamos, pues, a buscar la palabra "miedo" en el diccionario:
1. m. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
2.
m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. (RAE)
Lo que nos temíamos, la palabra "miedo" sólo tiene dos significados y a cual más negativo que el otro. Seguimos pensando que aquello de "miedo reverencial" es todavía más horrible que "temor de Dios".

Pero vamos a ser bien pensados, venga, quizá sea un significado antiguo de la palabra "temor" en castellano, quizá hace décadas tenía un matiz más positivo...
¿Cómo comprobar esto?, pues en la misma página de la RAE, que te da acceso a sus diccionarios desde el tiempo de maricastaña. Así que, nos ponemos manos a la obra y, ¡oh maravilla!, descubrimos que el verbo "temer" tenía antiguamente un significado de "miedo reverencial", la definición exacta es ésta:
Tener miedo reverencial á alguna persona, como el hijo al padre, el vasallo al Rey &c. Reveri, timere.
Hubo un momento en que los señores de la academia decidieron quitar esa acepción del verbo temer, y se quedaron sólo con las otras de matices, en general, negativos. Sin embargo, la expresión "temor de Dios" sigue presente hasta la edición actual del diccionario.
Y os preguntaréis... ¿cuándo sucedió eso? ¿Cuál fue el año en el que la palabra "temer" en lengua española dejó de tener el matiz de reverencia hasta el punto que los responsables del diccionario lo echaron a la calle? ¿Será otra de las manías modernas que tanto critican algunos puristas del lenguaje? ¿Tuvo algo que ver en esto Camilo José Cela?
Pues me parece que no... Mañana la respuesta.

(continúa)

domingo, 8 de junio de 2008

Domingo: Mateo 9,9-13

El martes pasado ya hice el comentario de este texto, pero hoy os dejo la Palabra de Dios, para que podáis meditarla despacio.
¡Ah!, por cierto, donde pone "Mateo", pon tu nombre... así el pasaje será más sugerente y nutritivo.
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
-Sígueme.
Mateo se levantó y lo siguió.

Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
-¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
-Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended qué significan estas palabras de la Escritura: "Quiero que seáis compasivos, y no que me ofrezcáis sacrificios". Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

sábado, 7 de junio de 2008

¿Dios es un pesado?

Palabritas: "Gloria"
Pues sí, esa palabra que tantas veces hemos oído, quizá hasta cantado, proclamado y exclamado, tiene un significado un tanto peculiar. La "Gloria", en hebro "kabod", significa, ni más ni menos que "peso".
Así que alabar la enorme Gloria de Dios... ¿qué significa? ¿que tiene que ponerse a régimen?

Bueno, bromas a parte, también en castellano tenemos el mismo juego de palabras: Una persona de gran peso en una organización es alguien importante, cuyas opiniones se toman en cuenta y que tiene la autoridad para tomar decisiones determinantes.
Ese mismo doble sentido tuvo ya la palabra "kabod" hace miles de años.

Pero aún hay más. Cuando la Biblia habla de la Gloria de Dios, va, poco a poco, concretando su significado. Si al principio significa que Dios es importante, que Dios gobiera y toma decisiones, más tarde el pueblo de Israel lo aplica al hecho más importante de su historia: la liberación de Egipto.
No entramos ahora en los aspectos históricos del hecho, que son muy complejos; lo que sabemos seguro es que, siglos después, los israelitas tenían una conciencia muy clara de haber sido liberados por Dios y lo expresaban, entre otras formas, alabando la Gloria de Dios, la intervención salvadora de su Señor. Esa es la "manifestación de la Gloria de Dios", la liberación.

Por supuesto, que a nosotros nos importaría poco si tan sólo hablásemos de hace siglos. Lo importante es que también hoy sigue liberando y liberándonos. En las liberaciones cotidianas que experimentamos, incluso cuando nosotros ayudamos a la libertad de otros, y a evitar la injusticia, se está manifestando la Gloria de Dios (aunque no salga en el telediario).

Y es que Dios es un pesado cuando se trata de liberar a su gente. Ante la injusticia sí hace sentir su "peso".

viernes, 6 de junio de 2008

Cambio de título del blog

Me gustaba mucho la expresión "En camino...", me parece que expresa muy bien mi vida, el significado de este blog, y también la actitud que se requiere para entender la Biblia, en la que no vamos a encontrar definiciones anquilosadas, sino perspectivas y horizontes seguros hacia los que caminar, siempre acompañados por Quien pronuncia la Palabra.

Pero, por otro lado, es demasiado ambiguo, así que he preferido ser más explícito: "La Biblia, de otra manera", ilustra también lo que pretendo.

¿Qué os parece? ¿Cuál preferís?
Podéis dejar vuestros comentarios, gracias.

jueves, 5 de junio de 2008

Pasajes: La parábola de las dos casas y los tres cerditos

(Mateo 7,24-27)
¿Os acordáis de la parábola de las dos casas? ¿Esa en la que Jesús habla de dos hombres que construyen su casa, cada uno sobre un terreno? Está en el evangelio de Mateo y dice así:
Todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre tonto que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.

Pues bien, el otro día un niño muy avispado me preguntó: ¿Es como el cuento de los tres cerditos, no?
El cuento de los tres cerditos, para quien no lo conozca o no lo recuerde, dice que cada cerdito construyó su casa para vivir, uno con paja, para acabar cuanto antes y dedicarse a jugar, otro con madera, que también terminó pronto y el tercero con ladrillos, para que fuese más resistente y no pudiese entrar el lobo. Al final de la historia el lobo consigue destruir las dos casas más frágiles, pero no la tercera.
El mensaje es claro: el esfuerzo vale la pena.

¿En realidad ese el mensaje de Jesús con su parábola?
Pues sí y no. Me explico. La idea del esfuerzo está ciertamente presente en los dos relatos. Pero el cuento popular se detiene ahí mientras que la parábola de Jesús da un paso más. El esfuerzo tiene un objetivo, una meta, un sentido. Todo cuanto la sabiduría popular nos quiere enseñar con el cuento de los tres cerditos (y que, ciertamente, tiene mucho valor), está dirigido para los seguidores de Jesús hacia un horizonte: las palabras de Jesús. El esfuerzo de construir la propia casa (es decir, la propia vida) requiere de una roca sólida. Para Mateo, la roca está muy clara, es Jesús mismo y su Palabra.

martes, 3 de junio de 2008

Pasajes: Mateo 9,9-13

El domingo vamos a poder escuchar un pasaje del evangelio de Mateo con dos escenas. Es muy conocido, pero no por eso menos interesante, porque está lleno de detalles en los que fijarnos:

En la primera escena, Jesús llama a Mateo, el recaudador de impuestos. Ante todo, hay que subrayar que Mateo era judío, pero se encargaba de cobrar impuestos para los romanos, que eran el ejército invasor, y por ello todos los demás judíos rechazaban a los que tenían esa profesión. Los consideraban pecadores y vendidos al poder extranjero. Jesús, en cambio, no tiene problema en llamar también a un publicano entre sus discípulos más cercanos y eso seguro que causó sorpresa y disgusto entre los "bienpensantes" de su época. Por otra parte, sorprende la reacción rápida de Mateo, abandonando su vida cómoda para seguir a Jesús inmediatamente. Es uno de los "milagros" más maravillos, en mi opinión, de los que Jesús hizo.

En la segunda escena Jesús se sienta a la mesa en un banquete con gentes mal vistas en su sociedad. El gesto de comer juntos era muy importante entonces, mucho más que ahora, que nos podemos conformar con una hamburguesa de comida rápida y punto. Los fariseos se extrañan, porque los rabinos honorables que había en la época evitaban juntarse con los pecadores; por eso le critican. Pero Jesús responde mostrando cómo es el corazón de Dios: un corazón misericordioso que no rechaza a nadie, sino que quiere que todos sigan los pasos del amor y la acogida, como Jesús. Es importante que entiendan la respuesta de Jesús para la actividad. Jesús es el médico y los pecadores los enfermos. La frase que cita Jesús según Mateo ("Misericordia quiero y no sacrificios") es del profeta Oseas, uno de los que tanto insistieron en la profundidad de la vivencia religiosa, por encima del "cumplir" del "aparentar" que tan fácil resulta y que esconde a veces la hipocresía de una vida que no sigue a Jesús en realidad.

Jesús es el que ha venido a llamar a los pecadores... y ¡atención! porque tengo comprobado, aunque ahora no hay tiempo aquí para argumentarlo, que en realidad les está llamando "pecadores" a los fariseos criticones, y les está invitando, como cualquier otro pecador, al banquete. ¿No os convence esta interpretación? Echadle un vistazo a Lc 15.

¡Hasta pronto!

martes, 27 de mayo de 2008

El color blanco en el Apocalipsis

Seguimos con la serie de notas sobre el Apocalipsis. Esta vez le toca el turno a un símbolo bastante claro: el color Blanco.
El autor del Apocalipsis es un enamorado de la estética, para él los colores están también llenos de significado. El Blanco es el color de Jesús porque es el color de la Resurrección. Por eso al principio describe así a Jesús:
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve... (Ap 1,14)
Pero no sólo, también es el color de la victoria, porque la resurrección de Jesús es su victoria sobre la muerte y a él se acercan los creyentes que sufren por él.
...vi debajo del altar vivos a los que habían sido degollados por proclamar la palabra de Dios, y por el testimonio (=martirio) que había dado. (...) Dieron a cada uno una vestidura blanca... (Ap 6,9.11)
Sólo él puede dar la victoria:
Te aconsejo que me compres (...) vestiduras blancas para vestirte y que no aparezca la vergüenza de tu desnudez (Ap 3,18)
Y, al final, muchos van a ser salvados por él:
Vi aparecer una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Estaban en pie delante del cordero (=Jesús), vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. (Ap 7,9)