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martes, 3 de febrero de 2009

¿Pablo misógino? (1 de 7)

Circula en las mentes de muchos que conocen un poco a Pablo de Tarso la idea de que éste era, sencillamente, misógino ("Que odia a las mujeres, manifiesta aversión hacia ellas o rehuye su trato"; según el diccionario de la RAE). Para justificarlo se aluden varias citas de sus cartas, o de cartas de sus discípulos, en los que limita la acción o la posición de las mujeres en las comunidades cristianas.
Pero cabe preguntarse, ¿es posible hacer un juicio sobre una persona con datos tan limitados? Además, ¿podemos entender que una persona es misógina porque dijo cosas hace casi dos mil años que, dichas en el siglo XXI serían signo de misoginia?
En esta serie de entradas del blog voy a añadir al debate algunos datos más, que frecuentemente no se dicen cuando se discute sobre la visión que Pablo tenía de las mujeres.
El jueves comenzaremos, pero podéis dejar ya vuestros comentarios y opiniones.
¡Nos leemos!

(Todas las entradas de este tema AQUÍ)

2 comentarios:

  1. Hombre, pues, qué quieres que te diga, yo creo que sí era misógino. El hecho de que la mayoría de hombres de su época también lo fuera no le hace menos misógino. Y precisamente Jesús a lo que vino al mundo era a romper con las injusticias, a traer una nueva forma de ver las cosas, y en esa nueva visión estaba dejar de tratar a las mujeres como si fueran ganado. Tristemente, parece que Pablo, que en otros aspectos es admirable, no siguió demasiado a Cristo en lo referente a su actitud con las mujeres, pues una de las razones por las que se criticaba a Nuestro Señor es porque era el único rabino de la época que enseñaba a las mujeres, las tomaba como discípulas, y no pensaba que fueran inferiores e impuras por el mero hecho de ser mujeres.
    Como digo, es indudable que la figura de Pablo es admirable en muchos aspectos, pero no en su trato y consideración al sexo opuesto.
    Y aún es más lamentable que demasiados miembros de la Iglesia se sigan basando en sus ideas sobre este tema para, entre otras cosas, impedir que las mujeres seamos sacerdotisas, ya que, como bien dices, son los pensamientos de un hombre normal de hace 2000 años (época en la que había una errónea discriminación por parte de casi todos los hombres hacia las mujeres), ¿cómo es posible que citas como estas:

    «Durante la enseñanza, la mujer debe guardar silencio con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe en público, ni que mande al varón. Quiero que permanezca callada. Porque Dios hizo a Adán y después a Eva. Y no fue Adán el engañado sin la mujer, y al ser engañada cayó en pecado»

    «En cuanto a la virginidad, no tengo ningún precepto del Señor. Pero les doy un consejo… lo mejor para el hombre es no casarse…»

    «..(La mujer) debe estar sometidas, como lo manda la Ley, si desean aprender algo, pregúntenle a sus esposos en sus casas. Porque no está bien que la mujer hable en la asamblea…»

    sigan considerándose un texto sagrado en lugar de la mera opinión equivocada y retrograda de un hombre con muchos prejuicios?

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  2. Gracias por tu comentario, Luthien Black. Yo sólo pretendo añadir más datos para el debate. Algunas de las citas que has indicado las sacaré yo más adelante para decir alguna cosilla más.
    Por otra parte, me parece que la palabra "misógino" para todos los varones de aquella época es demasiado fuerte (odio directo contra las mujeres, contra todas y cada una). Quizá la palabra "discriminación" me parece más adecuada.
    Y respecto a lo que has dicho de que Pablo no siguió a Cristo en cuanto a enseñar a las mujeres y aceptarlas como discípulas... la semana que viene presentaré otros textos que quizá maticen esa idea.
    Nos leemos!

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