Hoy, domingo de Ramos, la liturgia nos regala un evangelio especialmente intenso. Leemos entero el relato de la pasión según Marcos, el relato de un amor apasionado (Marcos capítulos 14 y 15).
Os invito a que lo leáis despacio, fijándoos en las actitudes de los personajes. Recordad que los evangelistas no escriben ni crónicas periodísticas ni novelas de entretenimiento. Para ellos nadie debe quedar indiferente ante la pasión de Jesús. Todos los sentimientos y actitudes que describen son pistas, sugerencias, reflejos de los sentimientos y actitudes del propio lector, de ti mismo/a. O al menos pretenden serlo, si tienes la capacidad de abrir tu corazón y tu imaginación para entrar en el propio relato.
Tampoco es necesario leer los capítulos enteros; si hay algún fragmento que te dice algo, que te llena, que te transmite, quédate en él. Dios habla a través de su Palabra de la forma más insospechada.
Sitúate, por ejemplo, en la piel de los discípulos, y haz el esfuerzo imaginativo de olvidar el final, de pensar que no sabes "en qué va a parar todo aquello". Recuerda que tú, como los discípulos, sigues pensando en un Mesías triunfante y glorioso, y acaban de prender a Jesús ante tus narices, con lo cual quedan desmontadas todas tus creencias previas.
Haz como Pedro, que, envuelto en vergüenza, miedo y curiosidad sigue a Jesús de lejos (Mc 14,54) -que es la forma como un discípulo no debe seguir a Jesús-, ponte a tiro de las preguntas insidiosas de la criada, plantéate cómo responderías tú en la misma situación, rodeado de soldados y ante el peligro inminente de la muerte.
Haz de espectador callado en el Sanedrín, juzgando a Jesús; muchos de los ancianos se darían cuenta de que aquello era un juicio amañado, y seguramente a muchos les importaba un pimiento lo que Jesús decía, pero tampoco eran tan viles como para desearle la muerte. Y sin embargo, ante los manejos del sumo sacerdote y sus falsos testigos, evidentes ante cualquiera, prefirieron callarse, quedarse modositos y quietecitos para salir bien guapos en la foto. ¿Eres tú también uno de esos ancianos mudos ante el sufrimiento de los inocentes del mundo?
Ponte en la piel de Pilato, el político, a quien tampoco le importa un bledo un muerto más o menos entre los judíos. Para él todo empieza y acaba en el politiqueo. Sabe que se trata de envidias y rencillas, pero prefiere moverse al son de lo que la gente quiere, y con tal de complacerles, lo que haga falta.
Observa aterrado hasta dónde puede llegar la crueldad humana, hasta dónde se cierra la espiral de violencia de los soldados, hasta dónde alcanzan los insultos de los que pasaban por allí despreocupados. ¿Dónde están sus discípulos? ¿Dónde las decenas, los centenares de personas curadas por Jesús? ¿Dónde las multitudes asombradas porque enseñaba con autoridad? Pues quizá estén en el mismo sitio que tú y yo, detrás de la pantalla, cómodamente sentados, observando el mundo y su injusticia como expectadores callados, leyendo indignados y sin mover un dedo...
Pero esto no va a acabar aquí. Hay Alguien que todavía no ha dicho su última Palabra...
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domingo, 5 de abril de 2009
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Acabo de releer el Evangelio, y hay tantas cosas que me han llamado la atención, que prefiero comentarlas en orden, punto por punto.
ResponderEliminar-En primer lugar, lo confieso: esta parte del Evangelio siempre consigue que me entren ganas de llorar. Siempre que lo leo me da mucha pena y me indigna la mezquinidad de la gente, que cuando ve caer a una celebridad, por mucho bien que les haya hecho, se burlan de ella y la pisotean sin piedad. ¡Me da verdadero asco! Nunca he entendido cómo es posible que las gentes a las que Jesús habían instruído, curado y ayudado le dieran la espalda en esos momento.
Se puede llegar a entender que no pidieran la liberación de Jesús sino la de Barrabás por influencia de los sacerdotes (en plan "al que pida que salven a ese blasfemo no le dejamos volver a entrar en el templo y cuidado que no acabe lapidado"). Pero, ¿burlarse de él, humillarle, torturarle? ¡Menudos hijos de...
-En segundo lugar, hay una cosa que siempre me ha parecido intrigante de este episodio. Se trata de la traición de Judas. ¿Por qué vendió a jesús? ¿Qué ganaba con ello?
La explicación simplista sería decir "el demonio le tentó" o "estaba poseído", que es lo que te cuentan en el colegio cuando eres pequeño. Pero yo no creo tal cosa, porque más adelante, en Marcos 14, 21, Jesús dice: "¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!". Eso da a entender que Judas no estaba poseído por el demonio, sino que actuó por libre voluntad, ya que si hubiera estado obligado por Satanás a hacer lo que hizo, no habría sido realmente culpable de la traición, con lo cual las palabras de Jesús no tendrían sentido. Así que habrá que suponer que traicionó a Jesús porque le dio la gana.
Pero, entonces, ¿por qué lo hizo? Me llama la atención que la traición se produzca justo después de este hecho (narrado en Marcos 14, 3-9:
"Y estando él en Bethania en casa de Simón el leproso, y sentado á la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio; y quebrando el alabastro, derramóselo sobre su cabeza.
Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de ungüento?
Porque podía esto ser vendido por más de trescientos denarios, y darse á los pobres. Y murmuraban contra ella.
Mas Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la fatigáis? Buena obra me ha hecho;
Que siempre tendréis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis les podréis hacer bien; mas á mí no siempre me tendréis.
Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado á ungir mi cuerpo para la sepultura.
De cierto os digo que donde quiera que fuere predicado este evangelio en todo el mundo, también esto que ha hecho ésta, será dicho para memoria de ella."
Después de esto, lo siguiente que nos cuenta la Biblia es que Judas decide traicionar a Cristo. ¿Tuvo algo que ver este incidente con su decisión? No sé por qué, pero a leer este texto me da la sensación de que Judas fue uno de los descontentos que criticó a la chica y fue reprendido por Jesús. ¿Acaso Judas estaba descontento con los métodos de Jesús, pensaba que había que hacer las cosas de otra manera y decidió que ya era hora de "renovar la dirección"? ¿Fue Judas una especie de Lucifer humano, que se rebeló contra Jesús porque pensaba que podía hacer las cosas mejor que él y ocupar su lugar?
¿Tú qué crees, Javi?
-Otra cuestión, esta más espinosa: ¿por qué si Jesús es Dios habla con él como si fuesen dos seres separados? Hay dos fragmentos en los que da la sensación de que las teorías arrianas llevan razón: son las famosas frases de "Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya" y la de "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
¿Puede explicarme cómo es posible que si Jesús es Dios hable de Él como si no sólo fuera un ser diferente y separado de él, sino como un ser que tiene una voluntad distinta a la suya ("no se haga mi voluntad, sino la tuya"). ¿O es que hablaba consigo mismo? ¿No a pie eso entonces a considerar acertadas las teorías nestorianas?
Además de que nunca dice "soy Dios", sino que dice "soy el Hijo de Dios".
Me harás un favor si me aclaras esto, de verdad ^^UU
-Y por último, en lo que respecta al comentario que has hecho, te diré que creo que es de los mejores y más profundos hasta la fecha. ¿Cuántas gente hay que se dice cristiana de boquilla pero que cuando realmente hay que actuar como un cristiano (poniendo el amor por delante del dinero, la generosidad por delante del egoísmo, enfrentarse a las injusticias aunque corra peligro la vida en lugar de callarse...) se arruga y baja la cabeza? Demasiada, creo yo.
Es normal tener miedo, pero creo que todos debemos esforzarnos para no ser como la mayoría de los discípulos, que apoyaban a Jesús cuando todo iba bien pero cuando las cosas se volvieron peligrosas le abandonaron. Este tema me recuerda a un cristiano relativamente célebre sobre el cual hice un hilo en mi blog: Klaus Von Stauffenberg, un coronel alemán del III Reich, que intentó atentar contra Hitler y derrocar el régimen nazi en la conocida operación Valkiria, a pesar del mortal peligro que entreañaba (y de hecho él y los otros conspiradores fueron ejecutados cuando falló el atentado), porque sabía que no era justo seguir permitiendo un régimen así. Para mí, Stauffenberg fue un ejemplo de buen cristiano al tomar esa decisión: su conciencia le decía que debía arriesgarse para liberar al mundo de Hitler y compañía, y realmente dio su vida por los demás, siguiendo el ejemplo de Jesús.
Desgraciadamente, también hubo muchos cristianos alemanes que como Pedro tuvieron miedo, cerraron la boca y permitieron que se llevaran al campo de concentración a sus vecinos judíos para no meterse en problemas.
Vaya, ¡que comentario más largo me ha salido hoy! Mejor me callo ya que si no te acabo contando mi vida en verso ^^UUUU
Saludos:
Luthien Black.
¡Gracias, Luthien!
ResponderEliminar(Jo, había escrito una respuesta un tanto larga al tema de Judas pero por problemas de la técnica se ha borrado. Mañana ver si la reescribo)
!Buenas noches!
a ver cuándo aparece esa respuesta. ¡Tengo ganas de leerla! :-)
ResponderEliminarLuthien (la impaciente ^^UUU).
Hola, buenas... estaba haciendo el ejercicio de ser algún personaje del momento cuando me he dado cuenta de que éste es hoy otro momento como aquel en el eterno presente de Dios. Y que nosotros somos los que le conocemos. Nosotros somos Pedro, Juan, Magdalena, Andrés, María, Santiago... y aunque seamos superdébiles cuenta con nosotros como contó con ellos. He visto LaSexta haciendo comparaciones de Jesús entrando en Jerusalén como Obama en Europa, y al saliente ministro comparando la entrada en el ministerio como un Domingo de Ramos al que le sigue una pasión. He visto a mucha gente en mi pueblo, que no suele venir a la iglesia habitualmente, ir con la palma adornada o con ramos de olivos, con sus niños pequeños en procesión acudiendo a la propuesta de la iglesia. Toda la gente acudiendo a Jesús,nombrando a Jesús, criticando a Jésús... de alguna manera interpelándonos. Y aunque Jesús es Jesús y nosotros nosotros, nos quiere ahí; aunque ahora sólo le acompañemos como testigos en estas manifestaciones "al público", vayamos a conmemorar la cena, asistir a los oficios y a a adorar su cruz... no es poca cosa nuestro amor a Él. Creo que eso es lo que Él quiere. Ahora como entonces, nuestra compañía, escucha, fe en él, amor a él, a pesar de nuestros fallos. Sólo mirar, y quererle, y no dejarle... Y,tras esta nueva Pascua, anunciar, y testimoniar, y sufrir, y alegrarnos de ser sus amigos, sus testigos en medio del mundo que no nos entenderá. Empezamos con esta lectura a ver, como los discípulos, lo difícil de vivir para Dios y para los hombres, y sólo queda estar, más lejos o más cerca, más sorprendidos o menos, pero estar con Él.
ResponderEliminarCiao y Feliz Pascua a todos.
Gracias, Inma, por tu comentario tan bonito y tan interpelante.
ResponderEliminarPara Luthien, por fin, una pequeña reflexión sobre la traición de Judas. Te advierto que yo tampoco tengo las cosas muy claras, pero me parece que eso es lo que pretendía el propio Marcos. En otros evangelios es Judas el que comienza pidiendo dinero, también Judas el que se queja del despilfarro del perfume que la mujer vierte; incluso alguno dice claramente que "no le importaban los pobres, sino que era un ladrón", y hasta cogía de la bolsa común que él llevaba.
Algunos hacen sus interpretaciones: que Judas esperaba un Mesías guerrero, y que Jesús le había decepcionado; o bien que le echa encima a los soldados esperando obligarlo así a manifestarse de forma poderosa.
Pero Marcos no reflexiona por ahí, él deja abierto totalmente el motivo de la traición. Yo creo que lo hace a propósito, para que nosotros reflejemos en él todas nuestras traiciones. Porque a Marcos le interesa constantemente que el lector se vea reflejado en sus personajes.
Después Mateo y Lucas contarán, cada uno a su manera, el suicidio de Judas, y así lo contrastan con el arrepentimiento de Pedro tras las negaciones. Judas llega a devolver las monedas y reconocer que ha entregado a un inocente, dejando así entrever el arrepentimiento, pero se suicida seguro de que Jesús nunca le perdonaría. Esta mezcla de desesperación y de arrepentimiento no es un invento de Judas, puede ser la experiencia de más de uno. Los evangelios no dicen nada más, pero posiblemente a Dios le baste esa "chispa" de remordimientos para perdonar a fondo hasta al mismo Judas.